Abriéndose paso entre empujones y apretujones por la cantidad de pasajeros que viajaban al pie de una de las puertas del bus articulado, un hombre junto con una mujer y una pequeña trataban de avanzar hasta un espacio que él había identificado como vacío y en el que podía ubicarse con su familia mientras la unidad se dirigía a lo largo de la avenida 25 de Julio, sur de Guayaquil.

- “¡Señor, no empuje!”, le dijo con enojo una pasajera que se aferraba a las manijas de la parte alta del bus para evitar ser desplazada.

- “Pero siga, hasta una gorda entra ahí”, respondió el hombre, a manera de una mala broma, y sonriente pugnaba por avanzar hasta el lugar que quería, aunque su aseveración no era tan cierta, pues el bus iba repleto de personas que se respiraban muy de cerca, se veían entre sí y emitían gestos de sofocación, de fastidio.

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El pasajero y los suyos se embarcaron pasadas las 19:00 del miércoles 8 de noviembre en la parada Sagrada Familia y avanzaron hasta la estación Mercado Cuatro Manzanas, ruta que corresponde a la troncal 2 que opera el consorcio MetroExpress.

A su salida del bus, el hombre volvió a bromear: “Sale por la ventana”, le dijo a la niña y aquello causó la carcajada del grupo familiar mientras esperaban a que se abrieran las puertas de la estación.

En el trayecto descrito hubo quienes comentaron haber esperado entre 15 y 20 minutos por el bus en la parada Mall del Sur. Que al menos dos unidades pasaron repletas en esa parada y por eso no las abordaron.

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Durante este año las quejas por falta de buses en el sistema de la Metrovía, vigente desde el 2006, han sido una constante en las tres troncales que están operativas.

El problema ha persistido en estos seis meses de la administración municipal del alcalde Aquiles Alvarez, quien en su enlace radial del miércoles 8 de noviembre reconoció que el servicio es paupérrimo.

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“No se puede ocultar que la Metrovía sigue siendo un desastre. Y va a seguir siendo un desastre hasta que se cumplan los contratos que ganaron por licitación las tres troncales que tenemos activas, que son tres consorcios diferentes”, expresó ese día el personero.

Alvarez adujo que los términos de referencia de las troncales existentes tienen pocas exigencias y que su administración se está enfocando en cambiar aquello con la troncal 4, cuyo trazado conectará el suroeste con el centro.

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“Nosotros, en nuestra planificación en el primer semestre, la troncal 4 va a ser el primer ejemplo de que con una nueva visión de una Alcaldía que se preocupa por el ciudadano, con los términos de referencia que arma la Alcaldía, porque eso tiene que saber el ciudadano. No es que ganaron por ganar tampoco esos consorcios (los tres existentes), y las exigencias cuáles fueron, ninguna, pues, poquitas. Las exigencias para la troncal 4 de parte de esta nueva administración: alimentadores nuevos, buses nuevos, aire acondicionado y wifi”, remarcó el funcionario.

El alcalde refirió que mejorar el servicio tomará su tiempo, pero que toca respetar los contratos vigentes.

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Hay pasajeros que antes viajaban en Metrovía que optan por usar taxirrutas que pululan por el centro.

Pero la gente se desespera en las paradas cada día. Usuarios que usan la troncal Metroquil, que conecta el Guasmo con el norte de Guayaquil, padecen a diario por la falta de un mayor número de buses.

Antes había más unidades articuladas, ahora hay menos y buses más pequeños, dice un hombre que toma esa troncal a diario. Él espera en promedio, en las horas pico, de 10 a 20 minutos para tomar el bus.

“No es solo que los pocos buses se demoran, sino que pasan llenos y hay que esperar otro que venga con menos gente”, refiere otro usuario de la troncal Metroquil.

Este Diario ha constatado en las últimas semanas que en la estación Río Daule, pasadas las 18:00, se forman largas filas por las esperas prolongadas que hacen usuarios para tomar las unidades disponibles.

Una noche hasta un grupo se quejaba y anhelaba que los buses puedan volver a cubrir ciertas rutas en sectores de alta demanda.

Hay usuarios que antes usaban la Metrovía y ahora prefieren hacer conexiones en taxirrutas para llegar a sus domicilios.

Usuarios que viven en zonas de la avenida de las Américas, autopista Terminal-Pascuales, Mucho Lote, la vía a Daule, por ejemplo, optan por tomar taxirrutas que pasan por el parque Centenario y que van a esos sectores.

Oficinistas, dependientes o empleados de empresas de la zona central que van a esos sectores han migrado a ese servicio.

Cobran $ 1,75 el pasaje, en unidades compartidas, pero los viajes resultan más cortos, sin muchas paradas y menos apretados que en la Metrovía.