La Misión Sacerdotal Santa María de la Trinidad, perteneciente a la congregación católica Communio Sanctorum, realizará la octava edición de la cena Pan y Vino, esta vez con el objetivo de ayudar a una fundación.

“Este es el octavo año que realizamos la cena y, en esta ocasión, está destinada a Orphaids, una fundación que ayuda a hijos de padres que han muerto con VIH ”, manifiesta el Padre Giovanni Álava, miembro de esta comunidad.

Alrededor de 20 niños se encuentran en la sede de Santo Domingo de esta fundación, que también se encuentra en otras ciudades del país. 

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El evento se realizará este viernes, 22 de noviembre, en las instalaciones de la  Unidad Educativa Particular Nazaret (urb. Dos Esteros, av. Chone y av. De Los Colonos), y contará con las presentaciones del coro de estudiantes de la Universidad Central de Quito y de la Orquesta Ciudad de Quito. A ellos se suma un artista venezolano, quien llegó al país con el éxodo de migrantes.

La entrada tiene un costo de $20, valor por el que los asistentes recibirán una selección especial de panes y vino. Otra forma de contribuir es adquiriendo combos de estos productos, también por $20, o realizando aportes económicos. Quienes desean hacer reservas o solicitar mayor información pueden comunicarse a los números: 099 491 3648 o 098 131 8887.

En años anteriores, con lo recaudado se ha brindado ayuda a distintos proyectos sociales y a personas con necesidades. Entre los beneficiarios se encuentra un niño que sufrió graves daños en su rostro, que incluso hicieron perdiera uno de sus ojos. Con la contribución brindada con esta iniciativa se logró que el pequeño viaje a Alemania para ser sometido a una reconstrucción facial. 

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Con la Cena Pan y Vino también se ha colaborado con ancianatos, hogares de niños, fundaciones y otros sitios que requieren recursos.

Communio Sanctorum, más de 40 años de ayuda social

Con presencia en diversos países del mundo, la comunidad católica Communio Sanctorum se ha mantenido activa desde hace más de 40 años, desarrollando un sinnúmero de proyectos que fomentan la vida contemplativa y contribuyen con quienes más lo necesitan.

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Fue creada en 1975, en Ettlingen-Bruchhausen, Alemania, por el sacerdote español Vidal Gutiérrez, fallecido en el 2004, y el padre de origen alemán Pedro Bretzinger. En los años 80 ambos iniciaron la difusión de su misión en Ecuador, que se mantiene hasta la actualidad.

Además de nuestro país, la labor de esta caritativa comunidad se ha extendido a otros países, como España, Italia, Alemania, Chile, Estados Unidos y El Salvador.  

Según el Padre Giovanni Álava, miembro de esta congregación en Ecuador, Communio Sanctorum ha desarrollado diversos proyectos sociales. Desde hace 21 años colabora con el hospital de niños Baca Ortiz, ubicado en Quito, donde han implementado una ludoteca para que los niños, que pueden hacerlo, tengan momentos de esparcimiento.

Además, religiosos de esta congregación asisten desde la capilla con la santa misa y dan acompañamiento espiritual y aliento a las madres de los pequeños que se encuentran internados en el lugar.

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También cuentan con tres centros espirituales: San Juan Bautista, ubicado en Baños, Tungurahua; Santo Hermano Nicolás, en Mindo, Pichincha y San José de Punta Blanca, situado en Punta Blanca, Manabí.

Estos sitios han sido destinados para  la realización de asambleas juveniles, reuniones para la reflexión bíblica, la adoración del Santísimo, retiros, encuentros con personas que profesan otra religión cristiana, entre otras actividades.   

La labor de Communio Sanctorum también ha llegado al ámbito educativo. En Santo Domingo de los Tsáchilas han instaurado dos planteles, la Unidad Educativa Particular Nazaret y la Unidad Educativa Particular Santa María de la Trinidad, desde donde fomentan la caridad y la fe cristiana.  (I)