En un video reciente Eugenio Barba, esa leyenda italiana del teatro, hablaba de la mejoría de su estado de salud. Muy grave por lo que presuntamente habría podido ser coronavirus, no entró en el grupo prioritario del Gobierno de Italia para realizarle el famoso examen. Así que aquel grande estaba solo, asilado, pero en su mente febril su vida de teatro le pasaba por delante.

Ahora recuperado cuenta cómo se puede hacer teatro hoy por hoy en el aislamiento y es sencillo: “Trabajando, trabajando, trabajando”. Ahí mismo, Barba agregará que el teatro se hace por necesidad y donde sea, así sea en el infierno. Son palabras tajantes para los que hacen y consumimos teatro, ya que las excusas se quedan sin piso. Algunas de ellas son que no hay ingresos, no hay producciones, que los teatros cerraron, etc. Sin embargo, habrá iniciativas como la del National Theatre de Inglaterra (en su canal de YouTube), que por donaciones a voluntad está presentando señoras obras.

Se subió gratuitamente por una semana la gran producción de Frankenstein, adaptada por Nick Dear y dirigida por el galardonado Danny Boyle. La misma que en 2011, año de su estreno, fueron Benedict Cumberbatch y Jonny Lee Miller las potencias que Boyle trajo para que se enfrentaran cara a cara y se alternaran los dos, encarnando tanto los papeles de Víctor Frankenstein como el de la Criatura. Ambas versiones fueron compartidas por la compañía de teatro y se pudieron ver gracias a la magia de YouTube a tan solo un clic de distancia.

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No sería pertinente comparar tanto el monstruo de Cumberbatch con el de Lee Miller, cada uno tiene su peculiaridad. Pero Benedict carga la potencia física que se necesita para representar a un cuerpo inerte al que le dan vida".

No sería pertinente comparar tanto el monstruo de Cumberbatch con el de Lee Miller, cada uno tiene su peculiaridad. Pero Benedict carga la potencia física que se necesita para representar a un cuerpo inerte al que le dan vida. Una criatura recién creada, sin amor, con la inocencia infantil… O Cumberbatch es un genio o nació para ese papel. El reparto también lo integran Karl Johnson (maestra De Lacy) y Naomie Harris (prometida de Víctor), pero la obra se la llevan los dos actores antes mencionados.

Este trabajo merecería un premio, entre otros, por los efectos escénicos que nos permitió apreciar. Tuvimos suerte que el National Theatre decidió filmar esta producción, es así como ha podido agregarlo a su serie de obras que están por subirse de manera gratuita".

Frankenstein es basada en la novela de Mary Shelley y parece sacada del mismo infierno por lo aterradora que es. El doctor Frankenstein abstraído en el egoísmo, crea a una criatura que luego va a interrogarse por su vida. En un ambiente de horror gótico, a la obra se la trae para interpelar a la existencia, la ética, la responsabilidad científica o para oponer al bien contra el mal. Este trabajo merecería un premio, entre otros, por los efectos escénicos que nos permitió apreciar. Tuvimos suerte que el National Theatre decidió filmar esta producción, es así como ha podido agregarlo a su serie de obras que están por subirse de manera gratuita.

Mientras tanto en Guayaquil, estamos a la búsqueda de que los dedicados al teatro local hagan sus propuestas. Pero no dejaré de interrogar si lo que se filma deja de ser teatro, para convertirse en película.
Lo que vi en Frankenstein me entretuvo, sin olvidar la crudeza y el contenido poético. Debemos aprender de Boyle y de Dear. Es teatro de primera en la comodidad del hogar.

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Fueron dos horas que ni se sintieron en la pesadumbre del confinamiento, donde la obra nos hablará entonces sobre la creación y nos inquiere sobre ¿qué sucede cuando se crea desde el ego? ¿Será que ahora el nuestro está tan chiquito como para crear y antes era muy grande, creando, creando y creando? ¿Qué ejemplo seguimos? ¿El de Barba, Shelley o su Víctor? (O)

ojosecosec@gmail.com