La anemia se produce cuando disminuye la cantidad de glóbulos rojos que circulan por el cuerpo.

Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, una proteína rica en hierro que le da a la sangre su color rojo. La hemoglobina permite que los glóbulos rojos transporten el oxígeno de los pulmones a todas las partes del cuerpo y que lleven el dióxido de carbono de otras partes del cuerpo para que se exhale.

La mayoría de los glóbulos sanguíneos, incluidos los glóbulos rojos, se producen regularmente en la médula ósea, un material esponjoso que se encuentra dentro de las cavidades de muchos de los huesos grandes. Para producir hemoglobina y glóbulos rojos, el cuerpo necesita hierro, vitamina B-12, ácido fólico y otros nutrientes de los alimentos que consumes.

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Alrededor de un tercio de la población mundial tiene una forma de anemia, según un artículo de 2015 en The Lancet. Los expertos la consideran el trastorno sanguíneo más común.

A menudo se desarrolla como resultado de otros problemas de salud que interfieren con la producción del cuerpo de glóbulos rojos sanos o aumentan las tasas de degradación o pérdida de estas células.

Existen algunos factores de riesgo que pueden exponer a un paciente a un mayor riesgo de anemia.

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Entre estos factores se encuentran una dieta con deficientes vitaminas y minerales; trastornos intestinales; menstruación; embarazo; afecciones crónicas, como cáncer, insuficiencia renal o diabetes; antecedentes familiares; alcoholismo, exposición a ciertos químicos o a algunos medicamentos. Además. las personas mayores de 65 años tienen un mayor riesgo de padecer anemia.

Existen diferentes tipos de anemia:

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  • Anemia por deficiencia de vitamina B12
  • Anemia por deficiencia de folato (ácido fólico)
  • Anemia por deficiencia de hierro
  • Anemia por enfermedad crónica
  • Anemia hemolítica
  • Anemia aplásica idiopática
  • Anemia megaloblástica
  • Anemia perniciosa
  • Anemia drepanocítica
  • Talasemia

Síntomas de la anemia

  • Fatiga extrema
  • Debilidad
  • Piel pálida
  • Dolor torácico, latidos cardíacos rápidos o falta de aliento
  • Dolor de cabeza, mareos o vértigo
  • Manos y pies fríos
  • Inflamación o dolor en la lengua
  • Uñas quebradizas
  • Antojos inusuales de sustancias no nutritivas, como hielo, tierra o almidón
  • Falta de apetito, especialmente en bebés y niños con anemia ferropénica

Cómo se detecta

Si usted presenta estos síntomas o similares y sospecha que podría tener anemia, no se automedique; se recomienda acudir al médico para su valoración, diagnóstico y tratamiento.

Para detectar las causas de la anemia se pueden seguir varios procedimientos.

Generalmente un hemograma completo es la primera acción que tomará el médico, pero también podría ordenar otras pruebas como: un análisis bioquímico de la sangre; recuento de reticulocitos; examen de médula ósea; pruebas para examinar niveles de hierro, vitamina B12 y folato; o un examen de las heces fecales para detectar sangre.

Alimentos recomendados

Si la anemia se debe a deficiencias nutricionales, entonces equilibrar la dieta diaria será lo ideal. Comer alimentos ricos en hierro puede ayudar. No obstante, siempre deberá consultar con su médico sobre qué tipo de comida puede consumir, sobre todo si tiene otras afecciones del aparato digestivo.

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Alimentos con alto contenido de hierro:

  • Lentejas
  • Vainitas / habichuelas
  • Garbanzos
  • Habas
  • Soya
  • Arvejas y frijoles secos
  • Almendras
  • Ciruelas pasas
  • Uvas pasas
  • Brócoli
  • Espinaca
  • Col rizada
  • Coles
  • Espárragos
  • Hojas de diente de león
  • Trigo
  • Mijo
  • Avena
  • Arroz integral
  • Frutas deshidratadas
  • Huevos (especialmente las yemas)
  • Cereales fortificados con hierro
  • Hígado
  • Carne roja y magra (especialmente la carne de res)
  • Ostras
  • Carne de aves, carnes rojas oscuras
  • Salmón
  • Atún

Alimentos fuente de vitamina B 12:

  • Las vísceras (hígado de res)
  • Los mariscos (almejas)
  • La carne de res, carne de aves, huevos, leche y otros productos lácteos

Alimentos con alto contenido de acido fólico:

  • Frijoles y legumbres
  • Jugos y frutas cítricas
  • Hortalizas de hoja verde oscura como las espinacas, los espárragos y el brócoli
  • Hígado
  • Hongos
  • Carne de aves, carne de cerdo y mariscos
  • Salvado del trigo y otros granos integrales

Fuentes: Mayo Clinic/Medical News Today/cancer.org/medlineplus.gov/