La psicóloga clínica Ellen Hendriksen es autora de Cómo ser tú mismo, un libro enfocado en la superación de la ansiedad social, que termina en una declaración muy categórica: todos tenemos habilidades sociales, solo que están bloqueadas por la ansiedad y pueden liberarse a medida que aprendemos a ser auténticos.

Otro de los puntos de la doctora Hendriksen, quien trabaja en el Centro para la Ansiedad y Trastornos Relacionados de la Universidad de Boston, es que cada uno de nosotros tiene en su psiquis un área sensible: un pequeñísimo toque puede sentirse como un latigazo. Un comentario que no resbala, sino que pega como un disparo.

Pero la crítica es parte de la vida, dice la autora. Y recibir retroalimentación negativa (bien razonada) sin sobrerreaccionar es una habilidad vital. Si podemos escuchar una crítica justa de nuestras acciones sin tomarlo personal, no solo evitamos sentirnos heridos o humillados, sino que también evitamos que la crítica que nos están haciendo escale. “Por contraste, si pensamos: heriste mis sentimientos, así que yo te heriré de vuelta, creamos más conflicto y dolor”.

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¿Cómo, entonces evitar tomar las cosas a título personal, para nuestro bien y para el de otros? Hendriksen dice que es posible desarrollar resistencia sin endurecer el corazón.

Ella empieza con dos consejos sobre cómo reinterpretar la crítica, sea de un jefe, suegra, vecino, alguien amado o de confianza.

  • Considere la fuente. Usted no toma agua que esté de cualquier procedencia, porque la fuente importa. Lo mismo va para la crítica. ¿Viene de alguien que usted ama y respeta? ¿Es una persona que lo conoce bien a usted? ¿O es alguien conocido por sus comentarios desafortunados, con la sutileza de un mazo? ¿Ha tenido esta persona alguna interacción real con usted? En resumen, usted tomaría esa crítica de manera diferente si se se la hacen con cariño que si se la gritan de un auto en movimiento. Considere la fuente, y eso lo ayudará a decidir si va a tomar esas palabras directo al corazón o si es un granito de verdad envuelto en una gran roca.
  • Deles otra oportunidad a sus críticos, pero que no sea ilimitado. Las personas tienen malos momentos, sea de malicia o de ignorancia o de imprudencia. Hay quienes no tienen filtro. Es humano cometer un error y decir algo insultante. Pero si pasa una y otra vez, ya no es un error, es un patrón de conducta. Si lo ofenden repetidamente, sin una disculpa, es hora de que pida una explicación o de que limite el contacto.

Y ahora la parte que le concierne: cómo trabajar en usted mismo para quitarle el aguijón a la crítica. “Como dicen, la única persona a la que puedes cambiar es a ti”, dice Hendriksen.

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  • Acepte que así pasaron las cosas. Algunas de las frases que surgen rápidamente son: ¡Esas cosas no se dicen! ¡Cómo se atreve! ¡Eso no está bien! Las personas sensibles a la crítica a menudo tienen altos estándares morales, explica la psicóloga, y un estricto código moral que les dice lo que se debe y no se debe hacer. Eso es bueno. Pero no anula lo que sea que lo lastimó. La crítica ocurrió, así usted piense que no debió ser. Y ahora debe tratar con ella.
  • Enojarse y ofenderse es automático, pero no ayuda. Recuerde que incluso si usted sigue las reglas sociales, otros las romperán. Enfóquese en el contenido de la crítica, no en si debió haber sucedido o no.
  • Cuestione su perfeccionismo. Hay una fina línea entre la hipersensibilidad y el perfeccionismo. Los individuos que toman las cosas a título personal a menudo trabajan mucho para ser intachables, infalibles o excelentes, para que nadie los critique. Cuando ese comentario negativo llega, parece que destruye todo aquello por lo que se ha trabajado tan duro.
  • Si le suena familiar, trabaje en esto. No tiene que abandonar sus altos estándares. Simplemente sume a ellos uno nuevo: el escuchar la crítica de la mejor manera. Vuélvase bueno en recibir retroalimentación. Apunte más alto cuando se trate de manejar comentarios. Sea un profesional en tratar con los que odian todo.
  • O transforme su perfeccionismo. Aprenda a aceptar sus fallas y sus puntos sensibles. Y acepte que usted, como es, es suficiente para ser aceptado. Tan solo reconocer cuáles son los botones que le causan dolor es un paso enorme para sanar, dice Hendriksen. “Si fue abusado verbal o físicamente en el pasado, los comentarios de hoy le traerán esos recuerdos”. Aunque no tengan nada que ver con ellos.
  • Sea honesto al recrear la escena. No imagine lo que pudo haber dicho en ese momento para poner en su sitio al otro. Darle vueltas a lo que ocurrió puede ayudar cuando se trabaja con un terapeuta, porque entonces se puede reescribir la escena para superarla, en casos de trauma, indica la doctora Hendriksen. Pero si lo hace por su cuenta, puede ser problemático, especialmente cuando involucra fantasías de venganza. Eso no le dará alivio y no es saludable.

Hendriksen dice que en el mundo de hoy, tomar algo como personal tiene una connotación negativa, con la imagen de una persona consumiéndose de fuera a solas o gritando en la almohada por algo que le dijeron. Según este concepto, lo contrario sería la despersonalización: nada de lo que me digan puede afectarme. Pero esto le quitaría el valor a las acciones y a las relaciones.

Ella propone que tomar algo como personal recupere su significado más noble: el de invertirse personalmente. Tomar el trabajo como algo personal vendría a ser involucrarse, y no solo hacer una serie de rutinas esperando el día de la paga. Tomar algo personal podría significar compromiso, en vez de hacer algo con una distancia emocional que a lo mucho dará resultados mediocres.

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Y con otros seres humanos, tomar las cosas personal significa dar tu mejor esfuerzo para relacionarte con ellos. Despersonalizarte sería también deshumanizar y desmoralizar, convencerte de que el trato ético y las otras personas no importan”.

Así que, para finalizar, la psicóloga resume: “Deja que las cosas te afecten. Tómalas personal, de la mejor manera posible. Encuentra tu lugar feliz que va de ser hipersensible a involucrarte profundamente. Toma como extremadamente personales tu trabajo y tus relaciones. Después de todo, esta vida complicada, imperfecta y gloriosa te pertenece”. (F)