Empezar de nuevo. El ya cercano inicio del año lectivo en la Costa nos convoca frente a un panorama que a algunos les alivia y a otros aterra. Llega antes de que los colegios confirmen qué día se iniciarán las clases, y debemos estar listos.

Retomar obligaciones que en la vida familiar se dejaron durante el periodo vacacional requiere un cambio de actitud para iniciar con pie firme una de las responsabilidades más grandes de nuestra vida: formar y educar a nuestros hijos y procurar su mejor desenvolvimiento en la escuela, colegio o deportes.

Pero, como un músculo, la voluntad se vuelve laxa si no la ejercitamos. Y, aunque algunos cambiaron la disciplina colegial por otras actividades también muy provechosas, la gran mayoría de niños o jóvenes pasó cientos de horas ante el omnipresente teléfono, el televisor o los videojuegos. Se levantaron más tarde y tuvieron mayor libertad de hacer o deshacer.

Los padres que mantuvieron su horario laboral también se aliviaron parcialmente, y aquellos que pudieron coincidir con las vacaciones de sus hijos vivieron un agradable cambio de actividades, que ahora se vuelve penoso abandonar.

Hay que marcar esta etapa y vivirla mejor que la anterior, para uno mismo y para toda la familia, en lo académico, en lo formativo, en lo deportivo, en la salud y en el servicio social.

Valdría sondear preguntando a cada hijo —por separado—: “¿Qué te gustaría que yo haga por ti en este año? ¿Cómo quisieras que te ayude en el colegio, o aquí en la casa?”. Y claro, a partir de esto, generar un diálogo. Los niños suelen ser bastante francos al evaluar. Y los adolescentes, aunque a veces mordaces, entregan una crítica útil a los padres.

Nuestra propia evaluación de lo que nuestra pareja, matrimonio o cada hijo necesita suele ser muy certera, pero es necesario ordenarla escribiéndola en orden de prioridades. De lo contrario, queda durante todo el año como una lista de buenas intenciones que no se aterrizan en acciones.

Fácil no es nada de lo valioso y fructífero, pero el amor y la disciplina suelen ser una combinación que da buena cosecha a largo plazo. Los padres debemos mantener una energía que a veces se agota, pero que hay que renovarla, pues somos la fuente principal de estos frutos.

Borrón y cuenta nueva en este 2024, y que los nuevos propósitos levanten al hombre y a la mujer nueva para revestirnos de paz, mansedumbre, paciencia, y así hacerlo aún mejor que el año anterior.