¿Cuál era el papel de la mujer en el periodo colonial latinoamericano? Sabido es que para la mujer en aquella época existían solo dos caminos: el hogar o el convento. Sor Juana Inés de la Cruz, la monja escritora mexicana, cumbre del barroco de este continente, halló en la vida conventual no solo el espacio de fe, sino, sobre todo, el lugar para cultivar su intelecto. Supo agenciarse para decir, para tomar la palabra y para polemizar, en una sociedad y en una época en que la voz de la mujer estaba condenada al silencio. “Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar, sino solo por ver si con estudiar ignoro menos”, decía Sor Juana Inés de la Cruz.

¿Y qué rol jugaba la vida conventual en los territorios que luego formarían lo que hoy conocemos como Ecuador? ¿Quiénes podían ingresar a estos claustros? ¿En nuestra colonia hubo también monjas que escribían? Por supuesto. Y seguramente mucho de lo que escribían permanece todavía inédito, en archivos. Cito un par de nombres de monjas escritoras: la quiteña Getrudes de San Ildefonso, autora de la obra La perla mística escondida en la concha de la humildad, y la guayaquileña Catalina de Jesús Herrera, autora de Secretos entre el alma y Dios. Sus nombres están dejando de morar en el anonimato gracias al estudio y las investigaciones de académicas que centran su interés en el periodo colonial.

De la investigadora Estefanía Flores Ortiz recomiendo leer el ensayo Sueños de movilidad: Desplazamientos espirituales y autoridad femenina en ‘Secretos entre el alma y Dios’ (1758-1765), de Catalina de Jesús Herrera. También recomiendo la lectura de un libro publicado por la Corporación Editora Nacional en 2019, que se titula Historia, arte y música en el manuscrito ‘La perla mystica’ del monasterio de Santa Clara, Quito (1700-1718), editado por Regina Harrison. En este volumen participan con ensayos la propia Harrison, Catalina Andrango-Walker, Carmen Fernández-Salvador y Alison Weber. Interesante conocer estas miradas nuevas sobre obras y personajes femeninos de una época de la que todavía tenemos mucho por estudiar. (O)