Hace 30 años, la escritora estadounidense Toni Morrison ganó el Premio Nobel de Literatura. Se convirtió así en la primera mujer negra en obtener tan alto reconocimiento en el campo de las letras. Con su escritura, con su obra narrativa, esta autora afrodescendiente se adentró en el sentir de su pueblo, en especial de las mujeres, en sus vivencias y en los vejámenes y discriminaciones que han sufrido a lo largo de la historia. “Ganar el Nobel como norteamericana es muy especial, pero ganarlo como afroamericana es verdaderamente alucinante”, dijo entonces.

Toni, quien nació en 1931 como Chloe Ardelia Wofford, recibió de sus padres toda la herencia de la cultura afrodescendiente. Aficionada desde temprana edad a la lectura, realizó estudios universitarios de Filología y ejerció la cátedra en varias universidades, entre ellas Princeton.

Trabajó también como editora de Random House de Nueva York. Su labor fue fundamental para visibilizar a autores afro. Y ella misma comenzó a escribir a una edad adulta. Su primera novela, titulada Ojos azules, la publicó en 1970, cuando contaba con casi 40 años. De ahí en más, siguió publicando. Es autora de una docena de novelas y de obras de no ficción, así como de cuentos e incluso de obras de teatro y ópera. Falleció en 2019, a los 88 años. “Lo único que deseo es cambiar el lenguaje para purificarlo de racismo y llenar ese vacío con la voz de las mujeres negras”, decía Toni.

En la actualidad, leo literatura afro y leo, de igual modo, la historia de este conglomerado humano. Me he acercado a la obra de Morrison y a autores y autoras del Ecuador. Hay tanto por leer. Tanto por aprender. (O)