José Delgado es un periodista todoterreno. Cuando aparece en televisión o en las redes sociales se multiplican las reproducciones de los reportajes que realiza, el público comprueba que el comunicador guayaquileño no se amilana ante ninguna situación, por más peligrosa y difícil que sea. Sin embargo, el único escenario para el que no se preparó fue para que su hija Débora Delgado García se convirtiera en el nuevo personaje favorito de la comunidad y las plataformas digitales.

“Me empecé a sentir preocupado, me comenzó a afectar, ella lo tomó de forma divertida, pero yo lo veía de otra manera, no fue tan agradable, me asusté. Esto de estar expuesto, no sabía cómo ella iba a responder ante todo”, menciona el también productor de 57 años.

Ese cariño que José recibe de las personas que en medio de una entrevista o mientras camina por la calle se acercan a pedirle un autógrafo, foto o saludos en video o que lo hacen merecedor también de la cortesía de un conductor que le cede su puesto para estacionar en pleno centro de la ciudad, es el que abraza ahora a la joven estudiante de producción audiovisual con mención en periodismo, quien quiere seguir los pasos de su padre en la rama y llegar a ser parte de medios como CNN.

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“Me siento muy agradecida porque la gente mostró curiosidad por conocerme. He crecido en seguidores, ni siquiera lo había pensado. Con todo este foco que me han dado, quiero que me conozcan por buenas obras, como las que hacemos con mi papi en la fundación que lleva su nombre y que hacemos desde hace muchos años”, cuenta ella.

Débora y su papá José Delgado. Foto Zaky Monroe. IG: @zaky.monroe. Locación Unipark Hotel.

Mientras el gran salto a los medios se da, Débora y José ya han trabajado juntos. La primera vez que fueron colegas se dio durante una cobertura de él en Estados Unidos. “Cuando estuve en Canal Uno, necesitaba una productora, le di las indicaciones, y ella recibió su pago de mi parte por hacer de productora de campo. Me di cuenta de que ella, con la tecnología, era un gran soporte para mí”, detalla José.

Familia y colegas

La pasión por el periodismo la llevan en la sangre. Por ello, Débora y José volverán a repetir la experiencia de trabajar juntos, en el extranjero, a propósito de la Copa América. “Nos iremos el 18 de junio al 1 de julio, por Diblu (88.9 FM). Nos vamos por el programa que tenemos Donde las papas queman. Ella comenta desde su punto de vista juvenil. Hablamos de temas mediáticos, es un programa de hora y media”, comenta sobre el espacio que se transmite los domingos, de 08:30 a 10:30.

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José Delgado junto con su hija Débora, en el programa de radio Donde las papas queman, de Diblu. Foto cortesía

Débora, el milagro familiar

Sobre la vida personal de José muy poco se sabe. Está casado hace 25 años con la también periodista Patricia García. Ambos eran compañeros mientras estudiaban en la Universidad Laica. “Nos conocimos hace 32 años, fuimos enamorados 7, de allí nos casamos”, explica José.

Su hija Débora es la prueba que Dios le dio en vida para que recuperara la fe que había perdido. “Nosotros perdimos un bebé. Yo debería tener un hijo también, pero el niño no pudo nacer y en Estados Unidos mi esposa tuvo que ser intervenida. Nosotros íbamos y veníamos (de Nueva York) durante tres años”, recuerda sobre este doloroso momento que motivó también su retorno a Ecuador para permanecer junto a sus familias.

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Después de esa pérdida, los especialistas les habían indicado que Patricia ya no podría tener hijos. “Nos dijeron que debíamos aceptar la realidad, empezamos a buscar la manera de superar la pérdida, queríamos adoptar”, cuenta José, mientras intenta controlar las lágrimas, al compartirnos este íntimo suceso familiar.

“Fue muy duro, porque cuando ella fue intervenida, los doctores me hicieron firmar documentos porque mi esposa iba a fallecer, que solamente un milagro la salvaba. Fue terrible, yo estaba solo allá. Estuvo tres semanas en terapia intensiva. La verdad yo era materialista. Ella (su esposa) me hablaba mucho de Dios. Ese día, solo, en el hospital, le dije: Señor, salva a mi esposa, si eres real, sálvala”, recuerda afligido.

José Delgado con su esposa Patricia García, en su boda civil. Foto cortesía

La prueba de fe

José añade que de haber nacido su bebé, también llevaría su nombre. Este acontecimiento los llevó a acercarse más a Dios. “Cuando volvimos acudimos a una iglesia cristiana evangélica, y una pastora le dice: ‘tú vas a tener un bebé’. Cuando Patricia me lo comentó, le dije: está bien, creámosle. Y cinco meses después, ella salió embarazada. Fue un milagro de Dios porque me dio miedo, porque se ponía en riesgo su vida pero ahí vino Débora, la cuidábamos mucho, no queríamos que nos pasara lo mismo”, sostiene.

Aprendiendo a ser padres

“Cuando nació Débora no quería ni cogerla porque tenía miedo de que se me fuera a caer. A los tres meses tuve la valentía de cargarla y decir: aquí está mi hija. Fuimos a la iglesia y la presentamos. Dimos gracias a Dios y pedimos que cuando ella crezca, sea una mujer que crea en Dios y ayude a otras personas”, menciona José.

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José Delgado junto con su esposa Patricia y su hija Débora. Foto cortesía

¿Qué siente al ver a su hija seguir sus pasos?

Al principio, cuando era chiquita, no me gustaría que ella hiciera lo mismo que yo, porque es un periodismo que tiene sus riesgos. Pero después me di cuenta de que ella es una joven que hace respetar sus decisiones. Yo le dije que ella estudiara lo que quisiera. Ella es un regalo de Dios, quiero guiarla, aconsejarla. Nuestra época es muy distinta a la de ellos, hay que entenderlos, hay que saberlos llevar, pero también hay que darle un equilibrio. Está bien que vivas tu juventud, pero hay que tener responsabilidades. Trato en lo posible que ella esté ubicada entre esos parámetros. Hay una amistad muy bonita.

¿A quién se parece más?

Físicamente a mi esposa, pero tenemos un carácter parecido. Por eso creo que compaginamos, porque la entiendo, pero también debo ponerle límites. Le puedo aconsejar y ser su amigo, yo no voy a escoger a su enamorado, ni su ropa, pero tengo la responsabilidad de guiarla. Aunque sea única, es como que tuviera 10. Doy gracias a Dios por el privilegio de ser papá.

Débora, ¿cómo es tu papá?

Mi papá es un ser humano increíble. Mi abuela me dice que mi papá es como un niño, que tiene un corazón amable y es cierto. Desde pequeña he visto como mi papá ayuda mucho a las personas, a veces, sin que se lo pidan. Siempre lo hace.

¿Qué admiras de él?

Lo que más admiro de él es la constancia con la que hace las cosas, la perseverancia. Si se le mete algo en la cabeza, lo va a lograr, contra todo pronóstico.

¿Cuál es el secreto mejor guardado de tu papá?

Él cuando tenía 18 años quiso adoptar a dos niños.

José: Yo vivía con mi mamá en el norte de Guayaquil, y una señora pasaba diciendo que no tenía cómo mantener a sus hijos, y que por último me los regalaba. Yo les di de comer, no le había dicho nada a mi mamá y cuando sale de bañarse, me dijo que la saliera a buscar. Yo le había dicho: mami, ahora hay dos niños más en la familia (ríe mientras menciona la anécdota). Débora hubiera tenidos dos hermanos fortachones ahora.

¿Cuáles han sido los mejores consejos que él te ha dado?

Él me ha dado full consejos, pero siempre lo que me dice se cumple a la final, el tiempo siempre le da la razón. Uno de los mejores consejos que me ha dado mi papá es ser perseverante. Que si tengo una meta, no ver ni a la izquierda o derecha, si no centrarme a dónde quiero llegar.

¿Cómo ha sido para ti crecer con la popularidad de él?

Antes la gente no sabía quién era mi papá, solo se daban cuenta cuando él me iba a ver. Yo siempre he estado superorgullosa de mi papá porque he visto el cariño de la gente que lo ha acompañado, que se acercan a abrazarlo, como si fueran sus panas de mil años.

¿Cuál es su mayor temor ?

Como padre, que ella no logre las metas que se ha puesto, aunque nosotros no estemos. (I)