Los hongos están en todas partes y han estado cambiando el curso de la vida por miles de años. Hoy en día una de sus partes, la de la raíz, se ha convertido en un interesante recurso para la restauración del planeta, el micelio, el nuevo material de construcción sostenible.

Gran parte de la tecnología actual busca formas de resolver los problemas de contaminación, y la «micofabricación» es una de las opciones de mayor potencial como biomaterial resistente y bio-contribuyente.

¿Qué es el micelio?

El micelio es todo lo que compone la raíz de los hongos, la parte no visible de estos, ubicada bajo el suelo. Son llamados hifas, filamentos pluricelulares que son de rápido crecimiento y funcionan como una red neuronal debajo de la tierra, para ayudar al hongo en su reproducción, nutrición y desarrollo. Su forma de crecimiento es como la de las ramas, lo hace en muchas direcciones y con una estructura compleja, pero puede condensarse en un solo espacio y en cualquier tipo de superficie sin dejar de crecer, lo que permite que pueda formarse un material duro apto para ser usado en la fabricación y construcción.

¿Qué es la micofabricación?

Mientras que la biotecnología se apoya en microorganismos para acelerar la descomposición de materiales como el plástico con la micorremediación, la micofabricación se encarga de sustituir todos los materiales de construcción que ocasionan consecuencias a nuestro ecosistema. Es decir, la micofabricación se encarga de construir materiales de construcción y tejido a base de hongos, específicamente del micelio, el conjunto de raíces de estos. En el mercado actual ya existen diversos micomateriales, como el plástico, telas y piel. Este biomaterial ofrece salvación para nuestro planeta.

¿Cómo se usa el micelio como material de construcción bio-contribuyente?

De acuerdo con las investigaciones realizadas por la empresa Ecovative en Estados Unidos, el micelio puede cohesionar cualquier material blando en el que se puede reproducir. Es decir, que son capaces de rellenar los espacios huecos en donde sean introducidas sus hifas, como lo haría el pegamento. De tal manera, se obtiene un material resistente, como un ladrillo compacto, que se puede emplear de diferentes maneras, como un sustituto al plástico, materia prima para la elaboración de telas y pieles o material de aislamiento y para la construcción, entre otros.

Además de esto, los materiales hechos con micelio son biodegradables y biocontribuyentes. Al descomponerse lo hacen en nutrientes que son útiles para el suelo y para el medioambiente, a diferencia de materiales como los ladrillos hechos de arcilla, que para su elaboración, se obtiene como resultado, también, muchos de los principales factores de contaminación actualmente. Se espera que al sustituir los materiales de construcción que utilizamos en la actualidad para proyectos de arquitectura, logremos tener un futuro en el que gastemos menos energía y recursos para obtener, de igual forma, los resultados deseados, pero con un material completamente amigable.

Micomateriales y micotectura, ladrillos hechos con micelio ¿Cómo se obtienen?

Los hongos son mayormente conocidos en el mundo gastronómico, el consumo de setas como los champiñones, es común en comidas internacionales. Pero las posibilidades de uso es más amplio y sus bondades se pueden usar en áreas fuera de la cocina y la medicina, como lo es el de la construcción. Estos son unos de los descubrimientos innovadores y alternativos para el uso de los hongos.

Se ha demostrado que el micelio seco es un material muy resistente, más que el hormigón, capaz de sobrevivir al fuego, agua y moho, lo que lo hace un candidato fuerte como material de construcción.

Cultivar el micelio en moldes con formas de ladrillo, es la forma correcta de crear un micomaterial para ser utilizado en el área de la arquitectura, 100 % orgánico y al mismo tiempo compostable. De acuerdo con algunas soluciones como Bioclycler y Biohab, el proceso de biofabricación de los ladrillos de micelio es más saludable que los que implican la elaboración de otros materiales de construcción.

Las estructuras de los ladrillos basados en hongos son materiales de alto rendimiento y sostenibles con los que se pueden ensamblar paredes y estructuras de viviendas ecológicas. Estas mismas soluciones trabajan para utilizar residuos orgánicos junto al micelio, y aunque se conoce que es un proceso más lento, se trata de uno más sencillo, ya que solo se requiere colocar la raíz del hongo viva en una superficie, en este caso, el molde, para que pueda crecer hasta la forma deseada. Posteriormente, se harían tratamientos de calor para detener el crecimiento del hongo y endurecerlo.

Lo más interesante del proceso, es que el micelio se puede adaptar a cualquier forma. Por lo que según el molde que se elija para elaborarlo, se obtendrá una pieza completa, firme y resistente.

La NASA ya usa el micelio para elaborar construcciones sostenibles

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha mostrado interés en la micotectura para elaborar viviendas en Marte, debido a la falta de recursos y material de construcción en el planeta rojo. Los hongos se han convertido en parte del proyecto viable para la construcción de habitaciones en este planeta y otros. Pero ¿cómo lo harían?, por ahora la agencia ha creado un plan para enviar algas y esporas de hongos al planeta vecino, para que junto al agua que se encuentra en el subsuelo se estimule la producción del alga para que, posteriormente, el hongo se alimente con ella y crezcas hasta que sus raíces puedan formar un ladrillo.

La NASA, como muchos otros organismos gubernamentales y empresas del mundo, apuesta por la micofabricación y la micotectura para realizar viviendas amigables para el planeta. Por lo que el micelio se ha convertido en el nuevo material de construcción sostenible de mayor potencial en la última década. No solamente con la idea de crear civilizaciones futuras, sino para mejorar la vida en la tierra.

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