Los llamados créditos verdes cada vez ocupan más espacio en el catálogo de productos que ofrece la banca ecuatoriana. Cada vez son más bancos los que están incorporando préstamos para financiar iniciativas o proyectos que contribuyan al medioambiente. Al cierre de 2021, los bancos que entregan créditos verdes representan el 68% del total de activos de la banca privada, según Asobanca.

Desde 2012 los bancos comenzaron a registrar productos crediticios con enfoque ambiental. Aunque antes de ese año las entidades ya financiaban iniciativas amigables con la naturaleza, pero por lo novedoso del mercado en aquella época esos recursos no se registraban bajo la etiqueta de “crédito verde”.

Eficiencia energética, construcción de viviendas sostenibles y gestión de residuos, entre los principales destinos de los créditos verdes

Por ejemplo, Banco ProCredit desde el 2012 ha otorgado más de 1.800 créditos verdes, lo que representa un monto superior a los 204 millones de dólares. Este 2023 está enfocado en prestar recursos para la implementación de modelos de producción más sustentables, con énfasis en tecnologías limpias como sistemas fotovoltaicos.

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Bruno Quichimbo, especialista ambiental de Banco ProCredit, explica que compañías de múltiples rubros se han visto seriamente afectadas en los últimos años por una serie de eventos sociales, económicos y naturales (a nivel nundial y local), que han reducido los márgenes de utilidad, y en casos extremos, registran pérdidas. Esto ha afectado directamente al consumidor, debido al encarecimiento de productos de consumo diario y masivo.

“El conflicto entre Rusia y Ucrania, la desaparición de la cascada San Rafael en el río Coca y el riesgo consecuente de la paralización de la Central Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair debido a la erosión regresiva que este evento desató, además de los fenómenos de El Niño y La Niña, y la eliminación de los subsidios del combustible para ciertos sectores empresariales, han evidenciado la vulnerabilidad energética del Ecuador, y con ello, la importancia de buscar mecanismos para generar energía propia y asegurar la resiliencia”, señala.

En tanto, Produbanco presentó sus programas de líneas verdes en 2016. De allí hasta el cierre de 2022 otorgó créditos por casi 470 millones de dólares a nivel nacional. Las iniciativas que ellos han financiado han logrado mitigar más de 375.000 toneladas de CO2. Incluso esta entidad acompaña a sus clientes a adquirir sellos o certificaciones de sostenibilidad mundialmente aceptados.

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Banco Guayaquil emite por primera vez bonos verdes por hasta $ 80 millones

Si bien en Ecuador hay la preconcepción de que solo las grandes empresas pueden apuntar a iniciativas verdes, esto no es real. Estudios de Produbanco han revelado que el 92 % de los pequeños y medianos empresarios quieren incorporar prácticas sostenibles en sus empresas.

En 2016 se firmó el Protocolo de Finanzas Sostenibles de Asobanca. Este protocolo ha permitido desplegar múltiples iniciativas, como la implementación, desde 2017, del Sistema de Administración de Riesgos Ambientales y Sociales (SARAS), un sistema que permite a los bancos identificar y evaluar los riesgos ambientales y sociales que enfrentan los beneficiarios de una operación de crédito.

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“Producto del trabajo en términos de sostenibilidad bajo estándares internacionales y por su manejo técnico que ha derivado en estabilidad, solvencia, solidez y confianza de entidades internacionales, los bancos privados han recibido 1.415 millones de dólares en financiamiento de los organismos multilaterales entre 2020 y enero de 2023. Los recursos son destinados, por ejemplo, a iniciativas de finanzas sostenibles, enfocadas al financiamiento social, es decir, para género, micro, pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres; y también para el financiamiento verde”, afirma la entidad.

Además, estos esfuerzos han impulsado siete bonos temáticos (verdes, sociales, sostenibles, de género, azules y de inclusión) por 509 millones de dólares entre 2019 y enero de 2023. Banco Guayaquil, en enero pasado, anunció su primera emisión de bonos verdes por $ 80 millones a través de la Bolsa de Valores. La a totalidad de los recursos se destinará a financiar o refinanciar proyectos de eficiencia energética, energías renovables, construcción sostenible y administración sostenible de recursos naturales.

Tanto el financiamiento de los organismos multilaterales, además de los recursos obtenidos por la emisión de bonos temáticos, así como las estrategias de los bancos privados por la creación de nuevos productos ha permitido que el monto de créditos verdes entregados a las empresas del país llegue a 312 millones en 2021, superando los niveles prepandemia. En 2020, la cifra ascendió a 200 millones de dólares.

El financiamiento verde se destina, sobre todo, al segmento productivo. En 2021, de los 312 millones de dólares de cartera de crédito, 239 millones (77%) fueron al segmento productivo; 31 millones (10%) al consumo y 42 millones (13%) al segmento vivienda.

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Estas líneas de créditos verdes han sido destinados para proyectos de eficiencia energética, tecnologías eficientes, cambios de maquinaria e infraestructura, vivienda sostenible, proyectos agrícolas; para transporte (vehículos amigables con el ambiente), entre otros. (I)