Los microplásticos aparecen cada vez con más frecuencia en las profundidades marinas, en el suelo, en la nieve e incluso en el aire de las ciudades. Ahora, en la revista Environmental Science & Technology Letters de la Sociedad Americana de Química, los investigadores analizaron los microplásticos presentes en las nubes sobre las montañas. Sugieren que estas diminutas partículas podrían desempeñar un papel en la formación de nubes y, a su vez, afectar al clima.