Estoy incrédulo al diagnóstico de la psicóloga que me examinó, me dijo que tengo asperger. Tengo miedo de que mi familia y amigos no estén preparados y me maltraten psicológicamente. Solo lo pude contar a mi hermana, padres y hermano con parálisis cerebral. Pero les confesé que no quisiera que sepan los demás. ¿Debo pedir una segunda opinión?

N. N.

Publicidad

Hola, gracias por compartir con honestidad lo que estás viviendo. Quiero que sepas, antes que nada, que conocer un diagnóstico no debería ser una experiencia abrumadora. Nadie debería sentirse solo en ese proceso. Te respondo por partes.

Publicidad

Primero, con respecto al término asperger, es importante saber que esta categoría fue retirada oficialmente en 2013 con la publicación del DSM-5, el manual diagnóstico más utilizado a nivel internacional. Desde entonces, se reconoce un solo diagnóstico dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA), el cual abarca diversas formas de neurodivergencia.

Si recibiste ese término recientemente, es posible que la profesional que te evaluó no esté actualizada en las prácticas diagnósticas contemporáneas, lo cual puede ser un factor importante a considerar. Dicho esto, te animo a considerar una segunda opinión, pero no cualquier opinión: busca a un especialista que cumpla con criterios técnicos y éticos sólidos. Idealmente, este profesional debería:

  1. Tener experiencia específica en el rango etario al que perteneces (niñez, adolescencia o adultez).
  2. Estar formado en evaluación e intervención en TEA.
  3. Utilizar herramientas diagnósticas estandarizadas, validadas y reconocidas.
  4. Contar con conocimiento actualizado del paradigma de la neurodiversidad.

Respecto al miedo a ser juzgado o maltratado por quienes te rodean, déjame decirte esto con toda claridad: si alguien te maltrata por ser tú, especialmente tras compartir algo tan significativo como un diagnóstico, probablemente no esté preparado para formar parte de tu círculo íntimo.

Publicidad

Ser autista no debería ser motivo de vergüenza ni de exclusión, y nadie debería hacerte sentir lo contrario. Algunos adultos que reciben un diagnóstico en la adultez describen el proceso como una mezcla entre confusión, alivio y, eventualmente, una sensación de paz. Pero cada historia es distinta. No estás obligado a contarle a nadie hasta que te sientas listo.

Y más importante aún: no necesitas preparar al mundo para aceptarte; necesitas prepararte a ti mismo para vivir con dignidad, autenticidad y bienestar. Busca el acompañamiento adecuado. Mereces respuestas claras, espacios seguros y una vida donde no tengas que defenderte por ser quien eres, sino disfrutar de construirte a ti mismo.

Neil A. Dueñas, M. Sc. psicólogo.

Teléfono: 097-888-7041.

Correo: neil.duenasc@gmail.com