Es común que, pasado un tiempo, empecemos a encontrar detalles que no nos agradan del todo de nuestras parejas: ¿por qué come de tal manera?, ¿por qué se viste de esa forma?, ¿por qué quiere que salgamos a cada rato? (o, lo contrario, ¿por qué solo desea quedarse en casa?). Y así, la lista sigue.