En la era de la búsqueda del bienestar, los suplementos dietéticos se han posicionado como aliados para alcanzar una vida más saludable. Sin embargo, esta tendencia ha despertado la preocupación de los nutricionistas, quienes advierten sobre los peligros de un consumo excesivo y la importancia de mantener un enfoque equilibrado en la alimentación.

Es fundamental recordar que ningún suplemento, incluso aquellos con fines médicos específicos, puede reemplazar una dieta completa y balanceada. Los alimentos, con su valor sensorial y papel cultural y gastronómico, ofrecen una experiencia integral que ningún suplemento puede igualar.

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Riesgos del consumo excesivo de suplementos

El uso de suplementos en exceso puede afectar negativamente a la salud. Foto: freepik

De acuerdo con Cuídate Plus, ingerir suplementos sin necesidad o en dosis superiores a las recomendadas, especialmente durante períodos prolongados, puede acarrear serias consecuencias para la salud, entre ellas:

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  • Aumento de intolerancias alimentarias: El exceso de nutrientes puede desencadenar reacciones adversas a ciertos alimentos.
  • Trastornos digestivos: Alteraciones en la flora intestinal y problemas como diarrea o estreñimiento.
  • Pérdida de peso no saludable: Una bajada de peso rápida seguida de un efecto rebote.
  • Mayor riesgo de mortalidad: Algunos suplementos, como los megadosis de antioxidantes, se han asociado a este riesgo.
  • Desarrollo de trastornos alimenticios: La dependencia o el uso inadecuado de suplementos puede derivar en conductas no saludables.

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¿Quiénes sí pueden beneficiarse de los suplementos?

¿Cómo saber si se puede tomar un suplemento alimenticio?

La suplementación solo debe considerarse cuando un médico ha diagnosticado una deficiencia nutricional específica que no puede cubrirse únicamente con la dieta.

En estos casos, Cuídate Plus indica que el consumo debe ser supervisado por un profesional de la salud y realizarse con productos de fuentes confiables.

Algunos ejemplos de grupos que podrían necesitar suplementos son:

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  • Personas mayores con alto riesgo de desnutrición.
  • Pacientes con cáncer o que pasan largos periodos en cama.

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