Israel cuenta con dos atracciones históricas desde este mes: reabre el Museo de la Torre de David, después de una inversión de $ 50 millones de dólares y tres años y medio de renovaciones, y con ella vuelve un objeto histórico, el relieve de Illés, que también ha sido restaurado y se exhibirá en una galería propia y única, con vistas al patio interior de la fortaleza de la Torre de David, también conocida como la Ciudadela de David.

¿Qué tiene de especial el relieve? En noviembre de 1864, el joven húngaro Stephan Illés llegó a Jerusalén a trabajar como encuadernador en una imprenta, y en en 1872, los gobernantes otomanos le encargaron crear un modelo a escala de la ciudad para la Exposición Universal de Viena de 1873. Le tomó cinco meses trabajar un modelo extenso de zinc: el relieve de Illés.

Algunos años después de la feria fue adquirido por representantes de una organización cristiana evangélica. Se exhibió en la biblioteca “Salle de la Réformation” de Ginebra. El modelo quedó en el ático de la biblioteca hasta 1963, cuando fue prestado al Instituto de Historia del Arte de la universidad, terminó almacenado y fue olvidado.

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El minarete de la Torre de David, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, Israel. Foto: Shutterstock

No volvió a Israel hasta 1984, cuando Moti Yair, estudiante de geografía histórica en la Universidad Hebrea, encontró un mapa de Jerusalén desde arriba, que en realidad representaba el modelo tridimensional que Illés había construido. Con la ayuda de la artista suiza Arianne Littman y su padre David Littman, Yair localizó el modelo olvidado en Ginebra.

Ese mismo año se expuso en el Museo Torre de David, inaugurado en 1989. Y más tarde volvió a quedar en la sombra, en el sótano del museo, como reporta Naama Riba en el periódico israelí Haaretz.

La historia de Jerusalén para todos los credos y en diez idiomas

Más allá de las obras de conservación y accesibilidad, el Museo Torre de David se ha ampliado, agregando 700 metros cuadrados de áreas de exhibición a los 1.000 m² anteriores. En cuanto a la maqueta restaurada de Illés, los visitantes pueden conocer más a fondo los edificios a través de herramientas interactivas.

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Una de las características de la maqueta es que destacan especialmente los minaretes de las mezquitas. No fueron creados a escala, sino proporcionalmente más altos que en la realidad, explica Lieber. “Fue diseñado para el pabellón otomano, y ellos, como imperio musulmán, querían realzarse, por lo que se le pidió que falsificara la altura. Los espectadores de la exposición en Europa no lo sabían”, dice Eilat Lieber, directora general y curadora en jefe del Museo de la Torre de David.

Copia a gran tamaño de una vieja moneda del tiempo del Segundo Templo, en el Centro Davidson, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, Israel. Foto: Shutterstock

Los creadores y curadores de la nueva exposición, un equipo de 120 personas, se aseguraron de no apuntar a un solo público. “Estamos en una ciudad compleja con una historia cíclica y, por lo tanto, decidimos que la exhibición no será cronológica. Hay una línea de tiempo en la entrada del museo, pero la exhibición está basada en temas”, explica Lieber. Agrega que formaron un comité interreligioso, con clérigos musulmanes, cristianos y judíos, personas dispuestas a participar en un diálogo, y repasamos todos y cada uno de los detalles juntos, cada exposición y cada texto. Siempre trabajamos de esa manera”.

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Aunque es un museo israelí han tratado de mostrar Jerusalén desde su importancia para el judaísmo, cristianismo e islam, con todas sus diversas denominaciones, sin dejar de ser fieles a la investigación académica. “La ciudad fue construida capa sobre capa, y sí, los musulmanes gobernaron aquí durante un largo periodo. Es imposible hacer desaparecer la historia”.

La muestra tiene descripciones en hebreo, árabe, inglés, chino, francés, español, alemán, ruso, italiano y japonés. Tienen un departamento árabe y otro judío ultraortodoxo.

¿Torre o Ciudadela de David? Un área no excavada en 40 años

La Torre de David, nombre que se le dio a uno de los sitios más famosos de Jerusalén oriental, es en realidad una ciudadela con un minarete construido en 1635, y crea la silueta icónica que representa la Ciudad Vieja. La torre y la fortaleza son parte integral de la muralla de la ciudad, y la torre es la parte occidental de la ciudadela, que rodea un patio verde de 3 acres. Los visitantes del museo pasan por galerías distribuidas por toda la fortaleza y también disfrutan de las vistas de la Ciudad Vieja y la ciudad nueva.

La ciudadela y la Torre de David tienen un estatus histórico y arquitectónico excepcional en el entramado urbano de la Ciudad Vieja y sus murallas. “En la pequeña área del sitio de la Torre de David, se descubrieron restos históricos con una continuidad que es casi inexistente en cualquier otro lugar de Jerusalén”, escribió el geógrafo Prof. Yehoshua Ben Arieh en su libro de 1983 La Torre de David – Un redescubrimiento.

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Se hicieron nuevas excavaciones en el sitio en 2020 y 2021. “Ben Arieh tiene toda la razón”, dice el arqueólogo Noam Zilberberg de la Autoridad de Antigüedades de Israel. “Debo enfatizar que no somos los primeros en excavar aquí. Muchos arqueólogos británicos e israelíes también trabajaron, pero este es el punto más importante y estratégico y fue una oportunidad de oro para ver una fortaleza que no ha sido excavada desde la década de 1980″.

Así, Zilberberg y su equipo desenterraron la puerta de entrada a la fortaleza, que no era la puerta principal, tomaron muestras de yeso de las paredes y la dataron con precisión gracias al Instituto de Ciencias Weizmann. Encontraron monedas antiguas, una pipa de tabaco otomana y piedras de catapulta. Y volvieron a cubrirla con tierra.

“Partes de la fortaleza se construyeron durante el periodo herodiano, hace más de 2.000 años. Otras secciones importantes se construyeron durante los periodos cruzado (siglo XI al XIII) y mameluco (siglo XIII al XVI) y se terminó a principios del periodo otomano. En muchos aspectos, la Torre de David constituye una especie de miniatura de toda la ciudad”, escribió Ben Arieh. Todos los que han gobernado la ciudad han pasado por la fortaleza.

El nuevo museo fue planificado y diseñado por dos firmas líderes, una de las cuales es Kimmel Eshkolot Architects, que se especializa en intervenciones en edificios históricos y museos. “Parece un proyecto minimalista, pero dedicamos 15.000 horas de trabajo aquí”, dice Yotam Cohen-Sagi, el socio que maneja el proyecto en la firma. La otra empresa es De Lange Studio, que se especializa en el diseño de museos y exposiciones.

El principal proceso arquitectónico y de diseño fue cómo organizar la gran cantidad de información sin abrumar a los visitantes. Visitar museos en un lugar histórico puede ser agotador, con exhibiciones anticuadas repletas de información y detalles.

“Nos dimos cuenta de que estamos en un edificio arquitectónico excepcional y no queríamos competir con él”, dice. “Hay estratos arqueológicos aquí y periodos históricos que son, en efecto, la exhibición principal. Elegimos prestarle atención e intensificar la experiencia”. El lenguaje de diseño de las primeras diez galerías es minimalista.

Los artículos de exhibición flotan desde la pared de piedra o el piso de concreto vertido sobre el suelo original. “De esa manera estamos enfatizando lo nuevo versus lo viejo”, dice Chanan de Lange, de pie frente a uno de los textos: “Parece que el letrero está iluminado desde el exterior, pero es una luz interior. Las superficies de exposición son mate para evitar la refracción de la luz”.

Cohen-Sagi agrega: “Toda la calefacción, refrigeración, iluminación están ocultos para preservar la apariencia auténtica en las paredes de piedra y las cúpulas históricas”.

Los arquitectos insistieron en accesos estéticos al edificio histórico: rampas y dos ascensores, costosos y complicados de planificar e implementar. “Uno de los huecos del ascensor atraviesa un techo histórico”, dice, pero la Autoridad de Antigüedades estuvo de acuerdo porque el ascensor está relativamente oculto.

Su firma también diseñó un ascensor hasta la Torre Fasael, el punto más alto de Jerusalén, desde donde se puede ver una vista de 360 grados de la ciudad. Sin embargo, aún no se ha construido: tal vez en la próxima fase del proyecto.

La pauta arquitectónica y urbana más significativa aún no está abierta al público: la construcción debería terminar hacia fin de año. Actualmente, para llegar al museo, se debe ingresar a la Ciudad Vieja a través de la Puerta de Jaffa. Los arquitectos proyectan una nueva entrada desde la plaza superior del paseo peatonal Mamilla.

Una muestra interactiva que incluye un modelo del Segundo Templo

La primera galería es Momentos de Jerusalén, una pared con 12 pantallas táctiles, cada una de las cuales describe un periodo diferente. En total, representan 85 eventos históricos en Jerusalén y un número similar de eventos paralelos en todo el mundo, relacionados con las religiones y naciones que estaban activas en Jerusalén.

En la pantalla del periodo de las Cruzadas, por ejemplo, puede pulsar sobre la imagen del Mapa de Jerusalén de La Haya de 1170 y leer sobre las Cruzadas. Durante el mismo periodo, también puede presionar sobre una imagen del Concilio de Clermont, un concilio eclesiástico que se reunió en Francia en 1095, durante el cual el papa Urbano II llamó a liberar Jerusalén de los musulmanes.

En la pantalla del periodo otomano puede pulsar sobre la imagen de un luchador otomano y recibir una explicación sobre el declive gradual del imperio y los fuertes gravámenes impuestos a judíos y cristianos. En la misma pantalla se puede pulsar sobre la imagen del sello de los Sabios de la Comunidad Sefardí del siglo XIX. El artículo original está en el Museo de Israel, pero el museo de la Torre tiene una foto con una explicación sobre el crecimiento de la comunidad judía en la ciudad en el siglo XIX. En vísperas de la Primera Guerra Mundial se había convertido en una comunidad de 45.000.

Puertas de Hulda, en el lado oriental de lo que fue el Segundo Templo de Jerusalén. Foto: Shutterstock

Una foto contemporánea dentro de un vagón del tren ligero muestra a judíos y árabes y lo dirige a un texto, bajo el elusivo título Una ciudad compartida: “Los árabes de Jerusalén oriental recibieron el estatus de residentes permanentes y una minoría se convirtió en ciudadanos. Hasta el día de hoy, Jerusalén está en el centro del conflicto israelí-palestino. Sin embargo, judíos y árabes conviven en la ciudad, realizan su vida cotidiana y tienen lazos económicos, comerciales y culturales en un espacio compartido”.

Como parte del deseo de incluir a todos, las tres galerías principales de la exposición están dedicadas a las tres religiones monoteístas y sus conexiones con Jerusalén. La galería de la religión judía presenta un modelo arquitectónico transparente e iluminado del Monte del Templo del periodo del Segundo Templo, bajo el título: Jerusalén en el apogeo de su gloria. Es el estudio más actualizado sobre el complejo del Monte del Templo de Herodes. “Debido a que el edificio en realidad no existe, se decidió que sería blanco y transparente para enfatizar su dimensión espiritual”, explica De Lange.

En el centro de la galería que trata sobre el cristianismo hay un modelo de la Iglesia del Santo Sepulcro que también se exhibió en la encarnación anterior del museo. Un elemento clave en este espacio es una copia del mapa de Madaba de Jordania, un mosaico de piso que presenta el mapa más antiguo conocido de Tierra Santa. En Jerusalén, el mapa incluye el Cardo (calle principal) que pasa por la Iglesia del Santo Sepulcro y las iglesias en el Monte Sion. Falta el centro del mapa, pero la exposición intenta recrear lo que podría haber estado allí, basándose en un estudio de los historiadores Milka Rubin y Dan Bahat. La recreación incluye lugares en el desierto de Judea, por ejemplo, el monasterio de Mar-Saba en un acantilado sobre el arroyo Cedrón.

Domo de Jesucristo y los Santos Ángeles, en la Iglesia Cruzada del Santo Sepulcro, en Jerusalén, Israel. La tumba, expandida en 1170, contiene la tumba de Jesús en el sitio de la crucifixión o Gólgota. Foto: Shutterstock

La galería que trata sobre el Islam contiene un modelo de la Cúpula de la Roca, con una representación detallada del edificio en sección transversal, que muestra también el interior de la estructura. La galería también presenta restos de una mezquita del periodo ayubí, construida por el gobernante de Damasco al-Muazzam Isa. Una inscripción en un muro de piedra cercano atestigua el hecho de que fue construido en el año 610 de Hajira, en otras palabras, en el año 1212. Entre los otros elementos fascinantes de este espacio se encuentra el mosaico del Árbol de la vida del siglo VIII, que había sido encontrado en el Palacio de Hisham cerca de Jericó.

El broche de oro al capítulo de las tres religiones es una película creada por el ilustrador y director de cine israelí David Polonsky, proyectada en un espacio cercano. Hay sillas, pero la mejor manera de ver la película es acostarse sobre los bancos, diseñados en el estudio de Lange. Aquí se puede ver la conexión de las tres religiones con la ciudad, con las procesiones y oraciones, las vistas y los sonidos, los olores y los sabores, cada uno integrándose con el otro. “La película trata de ilustrar el ciclo eterno de eventos en la ciudad y dar forma a la idea abstracta de Jerusalén como la Ciudad Eterna’, resume Kobo. (E)