Desde el camino que va del recinto Las Campanas hasta Cabuyal, en Santa Lucía, los predios que suelen acoger arrozales por esta época de invierno apenas han empezado a sembrarse o están en proceso. Javier Piloso tiene una cuadra en ese trayecto y recién el miércoles pasado comenzó el fangueo para preparar la tierra.

En un rincón de su terreno, con un gran sombrero de paja que da sombra a su rostro, Piloso cuenta que lleva más de un mes de atraso en el cultivo de su arroz de invierno. No ha podido sembrar antes por la irregularidad de las lluvias.

“El año pasado ya estaba más adelante, ya tenía sembrado esto”, lamenta este pequeño agricultor, que aprovechó la lluvia que cayó el domingo para meter el tractor y mover el suelo. Ahora, asegura, espera que llueva otra vez para entrar a sembrar arroz y cosechar los 30 sacos que suele obtener.

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A unos 25 minutos de ese lugar, en el Jigual, recinto de Daule, Efrén Pinela atraviesa algo similar. Anhela que llueva más para arrancar la siembra. Recién la semana pasada adecuó la mancha de donde sacará las plantas para el cultivo.

“Otros años ya teníamos sembradito, el arroz tuviera un mes”, manifiesta el agricultor, que a inicios de enero aún estaba con el temor de que llegue el fenómeno de El Niño, como se estimaba el año pasado, y arruine la plantación.

La falta de lluvias durante los últimos días de diciembre, parte de enero y lo que va de este mes, han generado ese desfase en varias zonas arroceras de Guayas que dependen de la lluvia para sembrar. Unos, incluso, ante la carencia se lluvia han recurrido a los pozos para coger el líquido.

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Leopoldo Román, agricultor de Los Quemados (Daule), refiere que el agua de pozo no siempre resulta buena para el arroz. “El año pasado (cuando usó agua de pozo) afectó el arroz, es mejor el agua de lluvia”, afirma el arrocero, que el miércoles estaba metiendo las plantas en su predio, donde obtiene 35 sacos por cuadra.

El coordinador de Inamhi en Guayas, Raúl Mejía, explica que en la cuenca del río Guayas se registra un invierno irregular, con escasa presencia de lluvias. “Las (lluvias) que se presentan llegan en pocos periodos, donde llegan fuertes, y después se atenúan o disminuyen, o sea una irregularidad”.

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El técnico refiere que el océano Pacífico está contribuyendo poco para el aporte de humedad para generar lluvias y las que se reciben viene de la Amazonía. “Esperamos que a partir de la segunda semana de febrero haya presencia un poco más de lluvias intensificadas en la cuenca del Guayas, pero puede ser con irregularidad”, dice.

Los industriales que procesan el arroz estiman que la siembra tardía en unos sectores podría aplazar la cosecha hasta mediados de mayo. “En el área de abastecimiento interno implicaría que los inventarios iniciales del año agrícola 2015-2016 se reducirían siendo incrementados con la cosecha inviernera”, asegura Javier Chon, presidente de la Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador (Corpcom).

Chon aspira a que las lluvias sean normales para lo que resta de la temporada invernal para no tener afectaciones y recuperar la productividad de años anteriores y lograr no menos de 440 mil toneladas métricas de arroz pilado durante la cosecha mayo-junio. (I)

Superficie
Estimaciones

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Hectáreas
En la época invernal se siembra más arroz. El Ministerio de Agricultura estimó que la superficie sembrada en el primer cuatrimestre del 2014 fue de 176.317 hectáreas. Guayas registró 87.798 ha.

Comité
En agosto pasado se conformó un Comité Agroclimático que apunta a dar información del clima para que los productores puedan planificar y desarrollar sus cultivos mejor.