Miles de agricultores llegaron el fin de semana a este cantón de la provincia de Imbabura para intercambiar sus productos agrícolas sin obtener dinero. Ellos participaron del tradicional “trueque del sol” por más de 24 horas.
Zapallos, choclos, plátanos, quesos, habas, fréjoles, frutas, legumbres y hasta ropa fueron los insumos que hombres, mujeres y niños del norte de Ecuador y el sur de Colombia intercambiaron en la jornada del sábado 24.
“Venga le cambeo sus habas por estos ovo”, le decía Mariana Chalá, oriunda del Valle del Chota, a una mujer con vestimenta indígena que llegó de Cayambe (Pichincha).
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La mujer, identificada como María Salazar, se acercó a la afroecuatoriana y le contestó “cambie esas cañas mejor por las habas, en mi casa no comemos esa fruta (el ovo)”.
Así los acuerdos de intercambio, sin medidas de peso ni precios, si no por conveniencia, se realizaban a cada paso en las calles céntricas de Pimampiro.
El alcalde Óscar Narváez comentó que esta tradición milenaria constituye una fiesta que atrae al menos 4 mil personas.
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“Los pimampireños esperamos todo el año para adquirir los productos para elaborar la fanesca sin dinero”, mencionó.
Pero resaltó que este año se vivió esta tradicional cultural con más alegría porque “el trueque del sol” ya es considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de Ecuador.
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En Pimampiro, cientos estaban afanados por adquirir los mejores productos manteniendo el dinero en los bolsillos.
Carlos López, fabricante de medias, llegó de Atuntaqui (Imbabura), con dos bultos llenos de calcetines de todas las tallas y variedad de colores.
Él señaló que trajo medias “de colecciones pasadas”, las que mantenía en la bodega. “Me arriesgué a intercambiarlos aquí por productos agrícolas”, comentó el hombre.
“Las personas están felices con sus medias y seguro mi familia también estará contenta por no tener que comprar ya nada para preparar la fanesca”, sonrió.
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Así se desarrolló esta tradición milenaria de solidaridad y reciprocidad. (I)
