A más de la función de formar a los profesionales, las universidades y escuelas politécnicas  tienen la obligación legal de impulsar  investigaciones que deben estar al servicio de la sociedad donde se desarrollan

Carlos Monsalve, decano de Investigación de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol),  considera que los centros de educación superior “deberían ser  impulsores  de la innovación”. 

Esto implica  tener personal calificado para desarrollarlas, es decir, contar con profesionales con Ph. D. o equivalente, dice Monsalve. 

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También deben tener el tiempo suficiente. “Si un profesor tiene que dictar más de dos cursos por semestre, realmente su contribución a la investigación será muy pobre”, agrega. 

La Espol cuenta con un decanato y comisión de Investigación y motiva a que sus proyectos sean  transdisciplinarios. 

Actualmente el 26% de la carga de trabajo de los profesores de este centro de educación superior  está destinado a actividades de investigación

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Y en el 2018, la Espol dispuso de cerca del 10% de su presupuesto a la investigación, esto incluye pago de personal e inversión en equipos. 

A ello se suma la opción de captar financiamiento para los proyectos, de fuentes externas no reembolsables. 

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La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) reporta que  27 universidades y escuelas politécnicas públicas han generado gasto en programas de investigación en  obras públicas, bienes y servicios de consumo, bienes de larga duración y gastos en personal. 

Las universidades privadas también tienen la obligación de financiar investigaciones vinculadas a la comunidad. Hay  59 instituciones, entre universidades y escuelas politécnicas que realizan investigación en Ecuador, según la Senescyt. 

Solo en el  2018 se financiaron 1.174 proyectos de investigación e innovación, a través del sistema de educación superior. 

En el caso de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) se prioriza la formación de una comunidad de investigadores, dice Juan Pablo Salgado, su vicerrector de investigaciones. 

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“Unas pelean por entrar a los rankings, quieren mostrar que son más importantes que otras por la producción científica, otras se preocupan por tener más número de patentes. Pero no es lo mismo que una universidad se encuentre en los rankings porque investiga a que una universidad investigue para estar en los rankings”. 

La universidad, dice,  debe investigar para la producción de conocimiento y la formación de un ciudadano a través del desarrollo del juicio crítico

El número de profesores que investigan en la UPS pasó de 40 en 2014 a 432 en 2019. Se pensaba que los estudiantes de pregrado de ingeniería y licenciatura estudiaban una profesión y no hacían investigación. “Nosotros  nos enfocamos en los  estudiantes. 2.800  han publicado artículos en revistas indexadas de todo el mundo desde el 2018”, asegura. 

A ello se suma que  284  viajaron al exterior  a presentar sus investigaciones

El art. 36 de la Ley Orgánica de Educación Superior obliga a que  las universidades y escuelas politécnicas públicas y particulares asignen el 6% de sus  presupuestos para investigar. (I)