Más de 660 000 personas tuvieron que dejar sus hogares en zonas de conflicto desde marzo, pese a que la ONU pidiera un alto al fuego global durante la pandemia de coronavirus, indicó la oenegé Norwegian Refugee Council (NRC).

NRC dijo que sus datos prueban que los conflictos armados continuaron durante la pandemia, a pesar del confinamiento impuesto en gran parte del planeta.

Con lo que se demuestra que tampoco dio resultado el llamado del director general de la ONU, Antonio Guterres, del 23 de marzo, para que se impusiera una tregua global durante la pandemia.

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Según el NRC, 661 000 personas fueron desplazadas en 19 países desde el 23 de marzo.

El mayor movimiento de población se registró en República Democrática del Congo (RDC), donde los enfrentamientos entre grupos armados y fuerzas militares forzaron a unas 480 000 personas a abandonar sus hogares.

Incluso en países como Yemen, donde los bandos en conflicto expresaron su apoyo a la tregua, los combates no se han detenido. Allí se registraron unos 24 000 desplazados entre el 23 de marzo y el 15 de mayo. En tanto que en Afganistán, República Centroafricana, Siria, Somalia y Birmania lo hicieron más de 10 000 en el mismo periodo, según NRC.

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“Mientras que expertos sanitarios nos piden que nos quedemos en casa, hombres con pistolas fuerzan a cientos de miles de personas a dejar sus casas en medio de una vulnerabilidad extrema”, denunció el secretario general del NRC, Jan Egeland.

“Esto no solo daña a quienes se ven obligados a huir, sino que socava seriamente nuestros esfuerzos conjuntos para combatir el virus”, añadió e instó a los líderes mundiales a “aprovechar la ocasión” y hacer presión de forma unánime para un alto el fuego global y más unidad para proteger a las comunidades del virus.

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NRC pidió a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que lancen un “llamado claro” a los beligerantes para que abandonen las hostilidades y “arreglen sus conflictos con el diálogo como vía y que permitan dar una respuesta ordenada a la pandemia”.

Guterres volvió a pedir a todos los bandos en conflicto que respondan a su llamado de un alto el fuego global para atajar la pandemia del coronavirus, y añadió que más de 20 000 civiles fallecieron o resultaron heridos en ataques en al menos diez países en 2019 y millones más dejaron sus hogares.

“La pandemia es la mayor prueba que ha enfrentado el mundo” desde la creación de la ONU hace 75 años, afirmó en un reporte al Consejo de Seguridad del organismo.

Guterres agregó que la continuidad de los conflictos ha tenido graves repercusiones en los esfuerzos para proteger a la población civil, especialmente en países donde los sistemas de salud son frágiles.

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Sobre su pedido de alto el fuego del 23 de marzo a Gobiernos, organizaciones regionales, grupos armados, sociedad civil e individuos en todo el mundo, comentó que había sido ‘alentador’. Pero agregó que en muchos casos “todavía hay que superar los desafíos en la implementación de la tregua, especialmente en zonas donde hay conflictos largos.

“A medida que el mundo confronta el desafío de la pandemia la necesidad de silenciar las armas no podría ser más acuciante”, afirmó Guterres.

El nuevo llamado se centra en la protección de los civiles, destacando que la forma más efectiva de hacerlo es “evitar la continuidad y recurrencia de los conflictos armados”.

La pandemia podría crear “incentivos para que algunas partes en conflicto presionen para lograr una ventaja, lo que lleva a un incremento de la violencia, mientras otros podrían ver oportunidades porque la crisis de salud absorbe la atención de los Gobiernos y la comunidad internacional”, apuntó Guterres. (I)