Dos explosiones ocurridas en Beirut el martes causaron, según nuevos reportes, más de 130 muertos y más de 5000 heridos por la gran magnitud que tuvieron.

Karam Doumet, cónsul de Ecuador en Líbano y residente en Beirut, comenta que dentro de la comunidad ecuatoriana en el país, que es de entre 150 y 200 personas, no se ha reportado ningún fallecido o herido hasta el momento, pero sí han tenido pérdidas materiales.

Incluso él y algunos de sus familiares han tenido daños en sus casas por la explosión, puesto que viven a alrededor de 2,5 km del puerto. En cuanto a la sede consular, que está a unos 5 km, dice que los daños son menores y son más en las ventanas del edificio en que se encuentra.

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En el momento de la explosión Doumet se encontraba en un matrimonio en una ciudad de las afueras de Beirut, a unos 25 km y sintieron la explosión como un temblor, que se escuchó como si fuera cerca, comenta.

"Nunca en mi vida he oído una explosión de tal magnitud en mi vida y yo viví la guerra civil en Líbano (1975-1990)", cuenta el cónsul.

"Fue una explosión muy grande, expertos dicen que es la tercera explosión más grande de la historia. Gracias a Dios no tenemos a nadie de nuestra pequeña comunidad entre las víctimas", cuenta Doumet, quien agrega que igual se siguen revisando los datos porque hay muchas personas desaparecidas en general, pero que hasta el momento tampoco habría un ecuatoriano entre este grupo.

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Devastación

Añade que la comunidad ecuatoriana en Líbano ha ido decreciendo los últimos años debido a la difícil situación económica y por los problemas usuales de esta región del mundo.

Según Doumet, en las viviendas cercanas al puerto no quedaron ventanas, techos, balcones, luces, incluso paredes colapsaron en algunos casos. "Miles de casas, incluso la mía, fueron destrozadas. Gracias a Dios no estuvimos ahí porque seguramente nos hubiera pasado algo", concluye el diplomático.

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El cónsul Karam Doumet vive a menos de 3 km del puerto. Así encontró su casa tras la explosión.

Su vecino en el cuarto piso quedó herido tras la explosión y no pudo ser atendido en un hospital porque no había cama en ninguno por la cantidad de heridos.

"Qué puede hacer un país o una ciudad cuando hay 5000 heridos y ya tienes problemas como el COVID-19 y otros económicos y sociales. Es un problema de una magnitud muy grande", apunta.

En Líbano continúan las investigaciones sobre la causa específica de la explosión, pero se sabe que lo que explotó fue nitrato de amonio que estaba guardado en el puerto. Las investigaciones continúan.

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"Hay muchas versiones y es mejor aún no comentar tanto ese asunto", dice Doumet, quien agrega que están en comunicación constante con la Cancillería y la embajada de Catar -principal en esa región- para tener la mayor información posible de la comunidad afectada.

Lo que se viene

El cónsul indica que hay un problema bastante grande en el país y va empeorar. Incluso lo compara con las crisis más grandes de países sudamericanos como Ecuador.

Además de que el hecho de que la explosión fue en el principal puerto marítimo, que ya no es funcional, afectará la economía porque hay otros dos puertos, pero son más pequeños.

Líbano es un país pequeño que importa casi todo y depende mucho del turismo. No depende mucho de sus propios recursos, por lo que el puerto tenía una gran importancia, según el diplomático.

También remarca que durante la explosión quedaron destrozados los grandes silos de trigo y harina del puerto. Medios internacionales han dicho que se perdió más del 90% de los granos almacenados. (I)