A un año de la destrucción de los oleoductos (Sote y OCP) y de la amenaza que representa la erosión regresiva del río Coca, a todo el complejo de obras estratégicas -oleoductos, la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair y la carretera Lago Agrio-Quito-, se ha cumplido la mayor parte de la primera de tres etapas planificadas para desacelerar el proceso erosivo.