El aroma y sabor del chocolate ecuatoriano se apodera del centro histórico a través de dos tiendas emblemáticas ecuatorianas: la casa de experiencias de República del Cacao (Museo del Cacao) ubicada en la calle Venezuela y Mejía y la de Paccari, que se acaba de reabrir en plena Plaza Grande (Venezuela y Espejo). Ambas empresas con certificación B Corp (modelo empresarial que se enfoca en generar un triple impacto positivo: social, ambiental y económico) realizaron demostraciones y catas de sus productos, frente a otros representantes de empresas B. A pocas cuadras, los visitantes también conocieron el Hotel Carlota. Todos estos destinos lucieron gigantes arreglos florales de Hoja Verde. Estas dos últimas empresas también certificadas como B.

Para José Ignacio Morejón, director ejecutivo del Sistema B en Ecuador, que aglutina a varias empresas B, comentó que las experiencias compartidas por las empresas, son una muestra de que “las empresas B impulsan al Ecuador hacia el futuro”. Se trata de un mensaje inspirador de lo que las empresas pueden lograr a pesar de los obstáculos. En definitiva la idea es de compartir la cultura B y difundirla para fortalecer esta suerte de ecosistema de negocios.

En República del Cacao, que cuenta con el Museo del Cacao, así como un laboratorio, se puede disfrutar de un chocolate caliente, galletas con chispas y otros postres, en un local acogedor y en el que se puede encontrar información sobre el cacao fino de aroma. Pero también por un pago es posible recibir clases o participar en la elaboración de los productos.

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Paulina Páez, gerenta de B2B, cuenta que la empresa, que obtuvo su certificación en 2020, se enfoca en una sostenibilidad transversal, a través de pilares como trabajar con comunidades con propósito; abastecerse de ingredientes trazables de alta calidad. Elaborar chocolate de alta calidad que se exporta a 20 países en los cinco continentes. También hay opciones para generar una gastronomía consciente a través de catas guiadas.

Vista de la tienda Paccari, en el centro histórico de Quito Foto: Patricia Sandoval

Santiago Peralta, de Paccari, empresa que obtuvo su certificación en 2016, por su parte, explicó que la empresa fundada hace 22 años, ya cuenta con 61 sabores del más puro chocolate orgánico y vegano. Peralta explicó la trayectoria de la empresa que ha logrado mejorar las condiciones de los productores de cacao y del precio del producto a través del comercio justo. También habló de la importancia de que sea el Ecuador el país donde se originó el cacao y, además, reflexionó en que si hubiese una decisión de que el cacao que ahora se exporta, y que alcanzó ingresos por $ 100 millones el último año, se procesara en el país, para ser exportado como chocolate, el ingreso podría ser de $ 6.000 millones.

Vista del Hotel Carlota, en el centro histórico de Quito Foto: Patricia Sandoval

A pocas cuadras, en la calle Benalcázar y Mejía, también funciona Hotel Carlota. Se trata de una casa construida en 1905 de pocas y acogedoras habitaciones, que también cumple con una serie de parámetros ambientales y sociales que la hicieron merecedora de una certificación B en 2021. Solines explicó que en estos días se ha tomado la decisión de realizar negocios y comprar a proveedores que tengan la misma certificación. Esto considerando que es importante trabajar con empresas que comprendan que hacer negocios no es solamente hacer dinero, sino más bien generar un bienestar a todos los actores con los cuales se relaciona la empresa.

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Un arreglo floral de Hoja Verde, adorna el local de República del Cacao, en el centro histórico de Quito. Foto: Hoja Verde

Eduardo Letort, de Hoja Verde, también se siente orgulloso de que su empresa haya obtenido en 2018 la certificación. La empresa, ubicada en Cayambe, exporta el 100 % de su producción a varios países del mundo. Recordó que desde 1997 cuando fue fundada se buscó trabajar en los mejores procesos de protección del ambiente. Para Letort lo importante de cumplir con la filosofía de las empresas B es poder tener altos estándares que le permiten tener una actividad amigable con el ambiente y sus colaboradores, y poder competir y ganar mercados de manera positiva.