La emisión y negociación de “bonos temáticos”, que se identifican por colores y también por sus objetivos -verdes, azules, violetas, sociales, sostenibles- toman fuerza a través de las bolsas de Valores de Quito y Guayaquil. Entre el 2019 y lo que va del 2023 se han negociado $ 479,25 millones en cinco tipos de bonos: $ 431 millones en la Bolsa de Quito y $ 48,25 millones en la de Guayaquil. El mejor año para los bonos temáticos fue el 2022 con una negociación de $ 285 millones, es decir, más de la mitad del total negociado; entre tanto, el 2021 no hubo actividad en este campo.

Los emisores de los papeles, que a la vez reciben los recursos de inversionistas interesados en estos temas, han sido bancos como Pichincha, Produbanco, Internacional, Guayaquil, Solidario, la Cooperativa de Ahorro y Crédito Chibuleo, así como la empresa Productora Cartonera.

“Con los bonos temáticos, los emisores pueden acceder a inversionistas con enfoque social a los que no tendrían acceso con los bonos estándares. Es una ventana a nuevas opciones de financiamiento con propósito que definitivamente mejora su reputación en el mundo empresarial”, explica Ricardo Rivadeneira, presidente de la Bolsa de Valores Guayaquil, entidad que ha incursionado en este tipo de operaciones desde el 2022 y que alcanzó justamente la suma de $ 48,25 millones.

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Entre tanto, la Bolsa de Valores de Quito, que ha realizado este tipo de operaciones desde el 2019, menciona como casos de éxito la Primera Emisión de Bonos Temáticos en el Ecuador, consistente en la Emisión de Bonos Verdes de Banco Pichincha C. A., por un monto de hasta $ 250 millones, cuyo destino fue en un 100 % el financiamiento de operaciones y proyectos con beneficios ambientales y climáticos.

Adicionalmente, se puede destacar la primera emisión de un Bono Azul en Ecuador del Banco Internacional S. A. en 2022, por un monto de hasta $ 79 millones, cuyo destino fue en un 100 % el financiamiento de operaciones y proyectos destinados al uso sostenible de los recursos oceánicos para el desarrollo económico.

En el caso de la Cooperativa Chibuleo, se produjo la primera emisión de bonos de género o violeta, en septiembre del 2022. Vinicio Masabanda, tesorero de Cooperativa Chibuleo de ese momento, resaltó que era un reto haber creado ese gran proyecto para las mujeres y que se colocaría en cuatro fases.

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La cooperativa de ahorro y crédito Chibuleo fue la primera entidad de economía popular y solidaria en emitir un bono de Género. Foto: Cooperativa Chibuleo

Los fondos que se obtienen de estos bonos deben ser destinados en su totalidad exclusivamente al financiamiento o refinanciamiento de proyectos amigables con el ambiente, con el agua, con sectores vulnerables y que contribuyan a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas.

Las entidades financieras (bancos y cooperativas) emisoras que obtienen este tipo de financiamiento entregan a su vez créditos a empresas que desean impulsar proyectos ambientales o sociales. Adicionalmente, según la Bolsa de Guayaquil, las empresas pueden colocar sus propios bonos temáticos en el mercado de valores y así negociarlos sin intermediarios.

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Una ventaja adicional a este tipo de fondos es que los emisores fortalecen el posicionamiento de su imagen por los compromisos ambientales y sociales que adquieren. Asimismo, generan un impacto positivo en su ambiente de negocios.

Tanto la Bolsa de Valores de Quito como la de Guayaquil coinciden en que se visualiza creciente interés del sector real por financiarse a través de este tipo de papel en el 2023.

¿Cuáles son los tipos de bono que existen y se negocian en el país?

Verde: Captan el capital para proyectos con beneficios ambientales. Por ejemplo, la compra de una flota de vehículos eléctricos para las operaciones de la empresa o la implementación de un sistema de energía renovable.

Azul: Captan los recursos para proyectos relacionados con el agua que tengan beneficios ambientales, económicos y climáticos positivos. Por ejemplo, iniciativas para conservar el mar, los ríos de una ciudad o comunidad.

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Violeta o de género: Reciben los recursos para proyectos que promuevan la inclusión de mujeres y acceso a oportunidades en igualdad de condiciones. Por ejemplo, programas de contratación de mujeres sobrevivientes de violencia de género con políticas flexibles para su reinserción laboral.

Social: Captan el capital para proyectos con beneficios sociales. Por ejemplo, programas de educación o seguridad alimentaria.

Sostenible: Captan el capital para proyectos que combinen beneficios ambientales y sociales. Es decir, iniciativas que contengan el componente verde y social a la vez.

De acuerdo con la Bolsa de Valores de Quito, el estándar a nivel mundial para que dichos fondos -y por lo tanto el bono- sean considerados verdes, sociales y sostenibles consiste en los lineamientos del International Capital Market Association (ICMA, por sus siglas en inglés) plasmados en los Principios de los Bonos Verdes, Principios de los Bonos Sociales y la Guía de Bonos Sostenibles. Estos principios son el uso de los fondos, proceso de evaluación y selección de proyectos, gestión de los fondos e informe. Adicionalmente, el ICMA establece como recomendación clave a los emisores designar un proveedor de revisión externa para evaluar la alineación del programa.

¿Cuáles son los pasos para la emisión de un bono temático?

La emisión de un bono temático sigue el proceso regular de emisión de una obligación de largo plazo en el Mercado de Valores, con la particularidad del destino de los fondos mencionados. Esto es:

  • Estructuración de la oferta de la emisión por el emisor, con la asesoría de una Casa de Valores.
  • Aprobación por parte de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros.
  • Aprobación e inscripción en la Bolsa de Valores Quito.

La tendencia de los bonos temáticos también se posiciona a nivel global. Según estimaciones de Bloomberg Intelligence, para 2025 los activos ambientales, sociales y de gobernanza llegarán a $ 53 billones. De acuerdo con BID Invest, América Latina y el Caribe muestran altos niveles de oportunidades de inversión sostenible porque ofrecen diversificación de proyectos con atractivos rendimientos. (I)