Terremotos, erupciones, derrames petroleros, roturas de oleoductos, suelo deleznable, contaminación en agua y suelos… todos ellos son parte de los problemas que se han vivido durante décadas en la zona de El Reventador. Varios expertos coinciden en que, pese a este escenario geológico muy complejo, en el año 2001 se decidió construir el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) por la misma ruta por la que ya estaba construido el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), debido a temas de costos y plazos.