El 8 de abril de 2020, en medio de la pandemia y ya registrando problemas de demanda de crudo (que generaron precios negativos), el país se levantó con la noticia de la rotura del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano, del poliducto, ambos de la estatal Petroecuador y del Oleoducto de Crudos Pesados, perteneciente a la empresa privada del mismo nombre.