Hasta tres horas deben esperar los taxistas de Manabí para abastecerse de gas licuado de petróleo (GLP). Esto es porque existe un solo punto autorizado de comercialización en toda la provincia, una gasolinera Terpel ubicada en Manta.

Según dirigentes del taxismo, cuando no hay mucha demanda suelen demorar en recargar de una hora a hora y media, pero cuando coinciden todas las unidades de Manabí surgen las aglomeraciones y la larga espera, aseguró Nery Macías, presidente de la Asociación de Taxistas de Portoviejo.

Sin embargo, aclaró que estas aglomeraciones no ocurren muy seguido, sino una vez al mes, pero lamentó que en toda la provincia haya un solo punto de despacho para todos los taxistas de los diferentes cantones, como Portoviejo, Montecristi, Jaramijó, y otros que deben viajar a Manta para recargar. En esos tres cantones se encuentra la mayoría de taxistas que realizaron la conversión para GLP, según Macías. El sistema solo se utiliza en algunos cantones y ya son pocos los taxistas que tienen esa conversión, actualmente cada cuatro de diez la tiene, es decir, casi la mitad.

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Macías aseguró que el solo hecho de ir a Manta les representa 40 minutos de ida y 40 minutos de regreso, casi hora y media perdida de trabajo solo para ir a tanquear, lo que se suma a las tres horas de espera para ser atendidos, es decir, casi cinco horas fuera de servicio.

En Manta, por ejemplo, hay 2.643 taxis amarillos, de los cuales al menos el 50 % tiene la conversión a GLP, adicional en esta ciudad existen cinco compañías con 1.000 unidades, donde 400 taxis también tienen la combustión a gas, lo que da como resultado un universo total de 3.600 unidades entre compañías y cooperativas en esa ciudad, según Macías.

Agregó que en Manabí son alrededor de 8.000 los taxistas registrados entre compañías y taxis convencionales y calculó que en toda la provincia existen más de 3.000 taxis con el sistema de combustión a gas.

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A esto se suma la entrada en vigencia del Decreto Ejecutivo 308, emitido por el presidente Daniel Noboa el 26 de junio, en el cual se establecieron restricciones al uso de GLP o gas doméstico para taxis amarillos, es decir, la reducción de cupos -el volumen de gas entregado a los taxis no podrá superar al promedio mensual registrado en lo que va de 2024- y que no se pueda implementar o autorizar nueva infraestructura de comercialización de GLP para los taxis, lo que significa que no existe posibilidad de que otra estación distribuya el servicio en la provincia.

Esta medida impuso limitaciones al uso de gas a los taxis con el propósito de evitar que los taxistas que reciben una compensación por la implementación del esquema de bandas a las gasolinas extra y ecopaís cambien sus sistemas de combustible a la combustión a gas.

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Una nueva migración hacia el consumo de GLP taxis se registra por altos precios de las gasolinas

En ese contexto, Macías afirmó que ninguno de los taxistas que utilizan GLP conoce de cuánto es su cupo, “esa información solo la tienen ellos ahí en la gasolinera”, dijo.

Agregó que la compensación que proporciona el Gobierno no les representa lo que ellos gastan en combustible, por lo que algunas personas deciden hacer el cambio a combustión a gas para sus vehículos para ahorrar -debido al alza de la gasolina-.

Además, señaló que el problema es que solo existe un taller autorizado para instalar el sistema y algunos optan por acudir a sitios clandestinos en donde realizan este procedimiento e incluso hubo rumores sobre que algunos taxistas de la provincia, al no encontrar el GLP en la gasolinera autorizada, utilizaban tanques caseros.

Relató que hubo varios operativos en los que retuvieron un vehículo, por lo que cree que los lugares clandestinos, que se prestaban para distribuir o instalar el sistema de combustión a gas de manera ilegal, tuvieron que cerrar “porque imagínese, iban a ir detenidos”.

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Explicó que en la actualidad por lo impuesto en el Decreto Ejecutivo 308 y el problema de desabastecimiento de GLP, los taxistas de cantones como Portoviejo prefieren trabajar a gasolina, ya que no pueden optar por la conversión de combustión a gas por la restricción impuesta en el decreto. “Nos está coartando el derecho a que nosotros libre y democráticamente podamos escoger los beneficios del Estado”, dijo Macías.

Añadió que la gasolina está “cara” y que en Manabí no tienen la gasolina extra, sino la ecopaís, “que no sirve para nada, se evapora”, por lo que lamentó que los carros más pasan en el taller por la mala calidad del combustible.

El dirigente reveló que antes de que se emita el decreto, en junio pasado, ya había un contrato firmado entre Duragas y una estación de servicio de Portoviejo para brindar el servicio en la capital manabita, pero con la entrada en vigencia del decreto el convenio quedó descartado.

Macías también recordó que el Decreto Ejecutivo 630, del 17 de diciembre de 2007, impuesto en el Gobierno de Rafael Correa, ya estipulaba el lugar donde los taxistas podían utilizar la conversión en estacionarios para utilizar el GLP, además de autorizar la utilización del mismo para los taxis sin restricciones. (I)