A pocas semanas de que el Gobierno deba explicar con transparencia su decisión sobre cómo llevar adelante el cierre del bloque 43 ITT, que fue decidido por parte de los ciudadanos en la consulta popular, varios analistas le conminan a tomar medidas urgentes.

Aseguran que está en juego un ingreso de al menos $ 1.000 millones. Es que en agosto se cumple un año de la consulta y en la pregunta indicaba que “de ganar el sí, Petroecuador tendrá un año para cerrar el bloque petrolero y desmantelar las instalaciones”.

César Robalino, presidente, y Jaime Carrera, secretario ejecutivo, del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), en un comunicado público conminaron al Gobierno a “emprender las acciones legales pertinentes a fin de continuar con la explotación del ITT y evitar las absolutamente negativas consecuencias para toda la sociedad, que devienen de dejar de hacerlo”.

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El OPF explicó que entre enero y mayo de 2024 la producción del ITT fue de 8,2 millones de barriles, que exportados a un precio de $ 66,77 por barril produjeron ingresos por $ 544 millones. Hasta fin de año se estima una producción de 19,5 millones de barriles, con un ingreso total de $ 1.300 millones, que luego de descontados los costos e inversiones procuran al presupuesto estatal ingresos netos por unos $ 1.000 millones anuales.

La pérdida de la producción del ITT es equivalente a incrementar el IVA del 15 % al 18 %, duplicar los impuestos arancelarios o aumentar en un 20 % los niveles de impuesto a la renta. Aun si esto fuese posible, no se compensaría la cuantiosa pérdida del ingreso de dólares al país. Los $ 1.300 millones citados equivalen a 17 veces la inversión extranjera directa del primer trimestre de 2024, indica el OPF.

No explotar el ITT representa una pérdida para el país de unos $ 2.700 millones invertidos hasta 2023 en infraestructuras, compensaciones sociales y otras actividades económicas conexas. Habría que considerar, además, el millonario costo que representará desmontar las infraestructuras existentes. En el futuro, durante los años de no explotación del ITT, el Ecuador dejaría de percibir unos $ 13.000 millones.

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La millonaria pérdida de ingresos al presupuesto del Estado profundizará el déficit fiscal, tornándolo inmanejable, al tiempo que volverá imposible la sostenibilidad de las cuentas públicas, con sus perversos efectos para la estabilidad macroeconómica, la atracción de inversiones, el crecimiento de la economía, la creación de empleos y reducción de la pobreza. A su vez, un déficit fiscal más elevado será imposible financiarlo. También habrá dificultades para cubrir el pago de amortizaciones de la deuda pública. Los atrasos en los pagos al IESS, GAD y proveedores podrían alcanzar niveles insostenibles, con la consecuente ingobernabilidad.

La cuantiosa pérdida de ingresos de dólares debilitará la dolarización, con negativos efectos en la liquidez de la economía y su dinamismo. Además, la reducción de la producción petrolera al no explotar el ITT afectará de modo importante el ya débil crecimiento económico.

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Alberto Acosta, editor de Análisis Semanal, asegura que claramente el no continuar con la explotación del ITT es una decisión inconveniente: “Fue un disparo en el pie que han decidido los ciudadanos”. Coincide con que el dejar de producir significaría dejar de percibir al menos $ 1.000 millones anuales. Explica también que existe tecnología que permite extraer crudo de los sitios que podrían estar cercanos a la zona protegida.

Comenta que en agosto es la fecha tope, pero aún el Gobierno no ha dejado claro el plan de ruta. Recuerda que, a más de la pérdida de recursos, se requieren más de $ 600 millones para cerrar el bloque, y además va a tener un costo de 30.000 empleos.

Para Acosta, la alternativa es que cumpliendo el pronunciamiento popular, se debe buscar la opción de una nueva consulta o pregunta para que, por ejemplo, se pueda hacer una operación horizontal o que se proteja el Yasuní sin necesidad de paralizar a todo el bloque. Es que, por ejemplo, Tiputini está por fuera del parque y sin embargo también se incluye en la decisión de cierre.

También explica que si se llega a perder este ingreso, será inevitable una nueva elevación de impuestos.

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En todo caso, comentó que no es posible realizar un cierre en agosto. Si se llega a hacer, debe ser gradual pues existen realidades físicas. “No es como cerrar un grifo de agua”, dice. (I)