Con túnicas blancas, los seminaristas fueron los primeros en ingresar al altar de la Catedral Primada de Quito. Segundos después, vestidos de negro, tapados por la capucha y cobijados con las caudas (capas) hicieron el ingreso los ocho canónicos que forman el Cabildo de la ceremonia.

Una bandera negra grande con una cruz roja recostada sobre la mesa de piedra del altar esperaba por el arzobispo que presidió la celebración, monseñor Alfredo José Espinoza.

“La vestimenta negra representa a la humanidad manchada por el pecado”, explicó José Asimbaya, párroco de El Sagrario y miembro del cabildo religioso.

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Dos acólitos acompañaron a cada canónico portando cirios (velas) y un tercer seminarista cargaba la extensa capa. Bajaron uno a uno del púlpito e iniciaron una lenta procesión por los pasillos de la Catedral.

Mientras en el piano de tubos se entonaba música sacra desde lo alto de la Catedral, los caminantes rodeaban las bancas del templo religioso que estuvo ocupado al 100 % de su aforo. Autoridades municipales, de entidades del orden, invitados de honor y público en general presenciaron la procesión.

Para las personas que no consiguieron un espacio se destinó una pantalla gigante en el extremo norte del templo religioso, en la plaza de la Independencia. También se colocaron sillas para los feligreses que quisieron compartir la ceremonia.

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QUITO (13-04-2022).- Arrastre de caudas en la Catedral Primada de Quito Foto: Alfredo Cárdenas

La procesión llegó a su punto de inicio, se cerró con el monseñor Espinoza, quien custodiado por seminaristas trasladaba en las manos al Lignum crucis, una reliquia que, según informaron los sacerdotes, tiene astillas de la verdadera cruz en la que Jesús murió, en Jerusalén, y que es celosamente custodiada en la Catedral. Solo puede ser vista en esta ceremonia.

Frente al púlpito se ubicaron los canónicos y se acostaron en el suelo. Monseñor Espinoza tomó la bandera, la ondeó más de quince veces sobre la mesa de piedra, después bajó y cobijó a los canónicos que estaban acostados sobre unos cojines concho de vino.

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Arrastre de caudas: Quito es la única ciudad del mundo en celebrar esta ceremonia religiosa, según sacerdotes de la Catedral

Seguido de eso golpeó tres veces al asta de la bandera contra el piso, y los canónicos se pusieron de pie, como señal de haber resucitado.

Según Asimbaya, algo parecido a esta ceremonia se hacía en los funerales del ejército romano, el general sobreviviente pasaba la bandera sobre el féretro de los generales que caían en batalla. Se creía que por medio de la bandera se transmitían los poderes, fuerza y valentía a los demás guerreros que con respeto recibían la bandera.

Quito, la única ciudad que conserva la ceremonia del Arrastre de caudas

Aunque el nombre correcto es Reseña de la Santa Cruz, el término Arrastre de caudas se ha vuelto más conocido para esta celebración religiosa.

“Para nosotros es una responsabilidad enorme celebrar esta Reseña de la Santa Cruz, porque es la única Catedral del mundo hoy por hoy que está siguiendo esta celebración. En las demás catedrales se ha ido perdiendo lastimosamente”, señaló José Asimbaya en una entrevista con este Diario.

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También indicó que la tradicional ceremonia se inició en Sevilla, España. En la época de la Colonia se instituyó en Lima y desde 1945 se celebró en Quito. (I)