Ambato

Las bandas de pueblo volverán a entonar pasacalles, sanjuanitos y saltashpas para que cientos de diablos con sus coloridas máscaras con cachos de diferentes tamaños y formas, guarichas (hombres vestidos de mujeres), parejas de línea y capariches (barrenderos) den rienda suelta a sus bailes.

Todo eso será parte de la Diablada Pillareña, una fiesta tradicional que volverá para alegrar a miles de turistas tras dos años de tener restricciones por la pandemia. La fiesta arrancará del 1 al 6 de enero.

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En esta edición del 2023 volverá al recorrido por las calles céntricas de Píllaro. Serán quince las partidas (comparsas) que estarán presentes en el desfile que desde el 2008 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador.

Francisco Yanchatipán, alcalde de Píllaro, comentó que desde agosto se comenzó la coordinación con los cabecillas de las partidas, que luego se sumaron instituciones como la Policía Nacional para realizar la planificación que permita garantizar la seguridad de los asistentes.

Se calcula que cada día estarán alrededor de 10.000 personas en esta festividad.

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También indicó que las Fuerzas Armadas realizarán operativos de control y prevención. Personal del Municipio de Píllaro se organizó con el fin de ejecutar un control interno para la participación de las partidas, de quienes hay el compromiso de evitar el consumo excesivo de alcohol durante los recorridos y en los lugares de descanso.

Se tiene previsto que cada día la Diablada Pillareña comience cerca del mediodía y se extienda hasta aproximadamente las 19:00.

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Patricio Carrera, cabecilla de la partida de Marcos Espinel, dijo que con el barrio Tunguipamba desde hace cerca de nueve décadas son los pioneros de lo que ahora es la Diablada Pillareña.

Comentó que en la partida de Marcos Espinel participarán alrededor de 800 personas de todos los personajes, especialmente con las parejas de línea se realizan los repasos desde hace algunas semanas con el fin de que cojan el ritmo.

Gilbert Campaña, cabecilla de la partida de Tunguipamba, reconoció que hay buena expectativa de lo que será la Diablada Pillareña al regresar a las calles céntricas de Píllaro luego de dos años de ausencia.

Aseguró que antes de llegar al recorrido establecido en el centro de Píllaro los integrantes de la partida bailan desde cuando salen de Tunguipamba, que queda a unos 3 kilómetros, que en ese trayecto se incorpora la gente que va con la vestimenta del personaje que quiere representar, que superan las 500 personas.

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Diablada infantil

Jahir Jácome, gestor cultural que trabaja desde hace cuatro años con la partida infantil, se lamentó de que la pandemia haya en algo truncado el objetivo propuesto, aunque aseguró que se hicieron actividades virtuales como concursos representando al personaje que considere de su gusto, para que los niños no pierdan el proceso de formación.

Aseveró que el 1 de enero será la primera partida en salir al recorrido por las calles centrales de Píllaro, que será desde las 10:30.

Dijo que el objetivo con los niños es que conciencien del verdadero significado de la festividad cultural y que sean los que la rescaten, tomando en cuenta que lo principal no es el consumo de alcohol como algunos creen.

Jácome aseveró que cada partida estará acompañada de la banda de música, que se baila al ritmo del bombo, que en ese sentido comenzó también con una agrupación de infantes. El domingo estarán entre 150 y 200 niños de 5 a 12 años. (I)