El dólar en Colombia ha estado cerrando al alza en estos días. Frente al miércoles 31 de julio, la divisa americana escaló el 1 de agosto, 21 pesos colombianos, cotizándose $ 1 en 4.087 pesos. Según los expertos, hay incertidumbre debido a dos fenómenos que están incidiendo en las operaciones del mercado cambiario.
El dólar registró un repunte respecto al valor del miércoles, producto de una jornada marcada por las recientes decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos y el conflicto en Medio Oriente.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló que los banqueros centrales seguirán observando de cerca los datos, pero que, si todo sigue moviéndose en la dirección actual, entonces “un recorte de tasas podría estar sobre la mesa en la reunión de septiembre”.
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El Banco de la República de Colombia pronostica que para finales de 2024, el tipo de cambio alcanzará un promedio de 4.081 pesos por 1 dólar.
Un pronóstico alentador para los sectores productivos colombianos, es decir, que será menor al incremento que la moneda colombiana reportó entre finales del 2022 y principio del 2023.
Patricio Silva, consultor y docente de la Universidad Técnica del Norte, sostiene que el techo actual de la moneda americana frente al peso colombiano incentiva la salida de divisas, provoca procesos de descapitalización, genera recesión en la economía ecuatoriana y frena la dinámica de la economía interna del país.
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Argumenta que Colombia sigue siendo el primer socio comercial en la Comunidad Andina, pese a que compramos alrededor de los dos mil millones de dólares y les vendemos un mil millones, el incremento del dólar frente a la moneda colombiana bajaría las importaciones con el vecino país, agrega Silva Delgado.
Para Silva, Colombia al limitar con una nación donde circula el dólar puede ser una oportunidad, ya que si se devalúa más su moneda se verán beneficiados con las exportaciones, no obstante, los costos de la materia prima que importan elevarán los costos de producción.
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Cita además que las poblaciones colombianas de frontera en Nariño y Putumayo, que lindan con Carchi, Esmeraldas, Sucumbíos, receptarán miles de compradores ecuatorianos por estos días, como sucedió en tiempos de bonanza, que aprovechando el diferencial cambiario pasarán a esas poblaciones a adquirir diversos artículos y productos, afectando los productores y comerciantes nacionales.
Nelson Cano, presidente de la Cámara de Comercio de Tulcán y tesorero de la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Colombiano, explica que el incremento del IVA en tres puntos disminuyeron las ventas y exportaciones.
Tulcán cumple 173 años de cantonización en medio de una acentuada crisis económica
Los industriales colombianos dejaron de comprar al Ecuador por ahora, hasta que exista estabilidad, añade Cano, quien comenta que el Ecuador aún no sale de esos momentos negativos. Sostiene que el mayor impacto con la convertibilidad de la moneda se siente en las fronteras.
Al momento, Colombia redujo la compra de materias primas y productos terminados ecuatorianos, golpeando al sector exportador e importador como al transporte de carga internacional, precisa Cano.
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Coincide con Silva al indicar que la balanza comercial entre los dos países es desigual, ya que Ecuador compra más a Colombia.
Con un dólar alto por estos días es evidente ver la congestión de vehículos que se registra en la E 35 que conduce al puente internacional de Rumichaca, donde son avistados compradores.
“Con una mayor capacidad de compra con el alza del dólar y aprovechando la época de vacaciones, los ecuatorianos comienzan a cruzar la frontera en planes de compras”, dice Cano, quien recuerda que hay una ola de inseguridad en Ipiales, que mantiene en zozobra a la población de la frontera.
Más de una decena de ecuatorianos en este año han sido heridos con armas de fuego y asaltados en esa urbe. (I)
