Un estudio del Ministerio de Salud Pública (MSP) detectó 31 casos de intoxicación con plomo en Guayaquil, Quito y Santa Elena. A estas personas se les realizó exámenes de sangre, que arrojaron resultados superiores al límite de riesgo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 5 microgramos de plomo por cada decilitro de sangre. De las personas afectadas, 15 son niños.

Para el análisis, el MSP recolectó 311 muestras de sangre. Es decir que una de cada 10 muestras analizadas resultó contaminada con niveles superiores al umbral de riesgo. Esta es una cifra alarmante, advierte el especialista Hugo Navarrete, director del Centro de Estudios Avanzados en Química (Cesaq) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

Él señala que el estudio del MSP revela el alto nivel de contaminación de plomo que existe en el país. Explica que si el 10 % de las muestras de sangre analizadas dieron positivo, se puede inferir que habría miles o quizás decenas de miles de personas intoxicadas en las zonas donde fueron tomadas esas muestras.

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La situación es preocupante, pues las personas que tienen altos niveles de plomo son propensas a desarrollar enfermedades catastróficas como cáncer, Parkinson o insuficiencia renal, añade Navarrete.

En los niños la situación es más grave. La OMS previene que los niños, además, pueden sufrir daños en el cerebro y en el sistema nervioso central, provocando secuelas permanentes, como discapacidad intelectual o trastornos del comportamiento.

De las intoxicaciones descubiertas, 26 fueron detectadas en Guayaquil, cuatro en Quito y una en Santa Elena.

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Un niño alcanzó los 35 microgramos de plomo

El caso más grave encontrado por el MSP es el de un niño de 3 años que se hizo atender en el hospital Francisco de Ycaza Bustamante, de Guayaquil. Registró un nivel de plomo siete veces mayor al límite de riesgo fijado por la OMS. El examen le estableció 35 microgramos de plomo por decilitro de sangre.

Otra niña, de 8 años, que ingresó en ese mismo hospital, fue detectada con 17,5 microgramos por decilitro, más del triple del umbral de riesgo.

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Ambos casos son muy graves. EL UNIVERSO y el portal estadounidense The Examination reportaron a inicios de este año sobre un niño de Nebraska (Estados Unidos) que comió compotas contaminadas con plomo fabricadas en Ecuador y alcanzó un nivel de 15,3 microgramos por decilitro. Él presentó un cuadro clínico complicado.

Su padre demandó al fabricante de la compota, la ecuatoriana Austrofood. En un escrito judicial, afirmó que el niño, de un año y medio, perdió peso a un ritmo alarmante y evacuó heces blancas en múltiples ocasiones. Este fue uno de los 519 casos detectados en Estados Unidos por la contaminación de esas compotas.

Precisamente fue el caso Austrofood lo que llevó al MSP a realizar su estudio en Ecuador. Tras el escándalo, en febrero de este año, el entonces ministro de Salud, Franklin Encalada, anunció que se recolectarían muestras de sangre a la población para detectar los niveles de plomo.

El MSP informó a EL UNIVERSO que el estudio se dividió en dos partes. Para detectar casos en niños, el ministerio analizó la sangre de menores de 12 años que fueron ingresados a dos hospitales públicos de Guayaquil y cuatro de Quito, con síntomas relacionados con la intoxicación por plomo. Se tomaron 94 muestras y 16 rebasaron el límite de riesgo, es decir, el 17 %.

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Para los mayores de 12 años, en cambio, el MSP recorrió barrios y recolectó aleatoriamente muestras de personas sanas residentes en Guayaquil, en Paján (Manabí) y en Montañita, Palmar y Curia (Santa Elena). Para las localidades de Manabí y Santa Elena, el ministerio escogió lugares donde se han reportado altos niveles de plomo en estudios científicos. Se tomaron 217 muestras, de las cuales 15 superaron el umbral de riesgo, es decir, el 7 %.

Otros casos alarmantes detectados corresponden a tres adultos residentes en Guayaquil. Un vecino de La Floresta, de 54 años, alcanzó los 28,75 microgramos por decilitro. Un habitante del suroeste de la urbe, de 51 años, obtuvo 23,75 microgramos por decilitro. Y una mujer de la ciudadela La Perla, de 41 años, marcó los 12,5 microgramos por decilitro.

Las formas en que el plomo y otros metales tóxicos ingresan al cuerpo son muy diversas, explica el médico Juan Carlos Núñez, especialista en toxicología clínica. Se los puede ingerir a través de alimentos contaminados o agua que recorre cañerías antiguas hechas con ese tipo de metales.

Las intoxicaciones también se pueden dar por contacto con sustancias peligrosas como pinturas tóxicas, soldaduras y plaguicidas, o por habitar en lugares de riesgo como sectores aledaños a minas, añade Núñez.

Los casos podrían llegar a 40

Para establecer los 31 casos de intoxicación, el MSP se basó en el umbral de riesgo fijado por la OMS. Por ello, solo se tomaron en cuenta las personas que alcanzaron o superaron una concentración de 5 microgramos de plomo por cada decilitro de sangre.

Sin embargo, en países como en Estados Unidos, ese límite es más bajo. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de ese país lo ha fijado en 3,5 microgramos por decilitro.

Tomando en cuenta este parámetro, en el estudio del MSP habría nueve casos de intoxicación adicionales, que corresponden a tres niños y seis adultos. Es decir que habría 40 casos en total.

El doctor Juan Carlos Núñez explica que el nivel de riesgo por tener plomo en la sangre depende de cada persona, pues no es lo mismo evaluar a un adulto sano que uno que padezca una enfermedad o una mujer embarazada o a un niño. Para una persona vulnerable, un nivel de 3,5 microgramos por decilitro puede ser grave, apunta.

Núñez señala que los metales tóxicos como el plomo, el mercurio, el cadmio, el arsénico o el cromo, cuando ingresan al cuerpo humano, se adhieren a los órganos y no salen del organismo. Esto provoca que se acumulen en el cuerpo y se generen enfermedades catastróficas.

El especialista hace una comparación con el consumo de gaseosas. “Si yo le digo que si se toma esta cola le va a dar diabetes, no estaría siendo preciso, pero si toma gaseosas diariamente durante muchos años, va a llegar un punto en que sí le va a generar diabetes. Y el riesgo sería mayor si en su familia hay antecedentes de esa enfermedad. Lo mismo sucede con los metales”, afirma.

Mientras más se acumulan los metales tóxicos en el organismo, más riesgo representan. Una persona puede tener niveles alarmantes en su cuerpo sin presentar síntomas, pero llegará un punto en que se manifiesten en enfermedades catastróficas, explica Núñez.

Por eso, para Hugo Navarrete, director del Cesaq, son más alarmantes los casos de niños que han sido detectados con niveles de plomo, pues los irán acumulando durante toda su vida. Con ese razonamiento, advierte: “El plomo en cualquier cantidad es peligroso”. (I)