El sol apenas comenzaba a asomarse sobre el horizonte quiteño cuando Junior Cedeño, un niño de 8 años, con una sonrisa brillante, se preparaba para vivir una de las experiencias más emocionantes de su corta edad.

Junior, quien padece de columna bífida, una condición que le causa un 80 % de discapacidad y limita su movilidad, fue designado comandante del Distrito Manuela Sáenz de la Policía Nacional por un día.

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Una calle de honor se formó en los patios del distrito, donde fue recibido por el personal policial que estaba a su disposición. Luego del saludo protocolar, empezó su apretada agenda de actividades.

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Esta iniciativa forma parte del proyecto Policía de Barrio, una estrategia de la Policía Comunitaria destinada a fortalecer los lazos con la comunidad.

Francisco Hernández, comandante del distrito, explicó que esta estrategia busca brindar un mensaje de esperanza y aliento a los niños con capacidades especiales, otorgándoles un rol simbólico dentro de la policía.

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“No solo nos dedicamos a prevenir y reprimir el delito, también tenemos estrategias de apego y unión con la comunidad, lo cual ha sido muy bien recibido”, señaló Hernández.

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Para Junior, el día comenzó con la emoción de vestir un uniforme de policía a su medida. Con la ayuda de sus padres, quienes lo han apoyado incondicionalmente desde su diagnóstico, Junior se colocó la camisa con orgullo y una determinación palpable.

“Quiero usar este uniforme para leer cuentos a niños que están en iguales condiciones que yo”, dijo Junior, emocionado por la oportunidad de inspirar a otros.

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La jornada estuvo repleta de actividades que normalmente solo los oficiales de alto rango experimentan. Junior tuvo la oportunidad de despachar documentos oficiales, conocer las instalaciones policiales y visitar sitios emblemáticos del centro histórico de Quito, como la Casa de Gobierno y la Alcaldía.

En cada lugar que visitó, Junior fue recibido con calidez y admiración. Su valentía y alegría contagiaron a todos, desde los líderes barriales hasta las autoridades de Gobierno.

Uno de los momentos más emotivos del día fue la visita al Palacio de Carondelet, la sede presidencial, donde Junior fue recibido por la primera dama, Lavinia Valbonesi.

Durante esta visita, Junior no solo conoció el corazón del poder Ejecutivo del país, sino que también captó la atención de las autoridades sobre algunos temas de salud pendientes.

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“Mostraron un interés genuino en la situación de Junior y se comprometió a ayudar a solventar sus necesidades médicas”, comentó Hernández.

A pesar de las dificultades físicas que enfrenta, Junior no dejó que su condición limitara su entusiasmo. Durante el recorrido en patrullero, con una mirada resuelta y llena de esperanza, Junior se comunicaba a través de la radio policial, reportando su posición y sintiéndose parte activa de la fuerza policial.

“Este tipo de experiencias no solo son importantes para los niños que participan, sino también para nosotros como institución y como sociedad. Junior nos ha dado una lección de vida, de humildad y de agradecimiento”, reflexionó el comandante Hernández.

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Junior habría expresado su deseo de abrir un canal de YouTube para leer cuentos y fábulas a otros niños que, como él, enfrentan desafíos diarios.

La historia de Junior es un testimonio conmovedor de cómo pequeñas acciones pueden tener un impacto enorme. En un solo día, este valiente niño no solo se convirtió en comandante, sino también en un símbolo de esperanza para la comunidad. (I)