En los últimos días, los quiteños han soportado altas temperaturas y por ende el consumo de agua ha aumentado considerablemente.

Según el Municipio de Quito, en días soleados y calurosos, cada habitante llega a gastar hasta 240 litros de agua al día, de los 170 litros que son habituales.

Son 70 litros más del consumo normal y 140 litros por encima de los 100 litros que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

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Pero ¿qué sucede con el sistema de agua potable de Quito cuando existe un aumento excesivo?

La primera consecuencia es que los tanques de distribución se vacían más rápido, impidiendo que el agua llegue a los sectores más altos de la capital.

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Existen alrededor de 400 tanques de distribución en el Distrito, con una capacidad de 1.000 y 3.000 metros cúbicos de almacenamiento. Esto quiere decir que, con cada uno de los tanques, se puede abastecer de agua a 5.000 quiteños, aproximadamente.

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Esta cifra se reduce a 4.000 habitantes cuando el consumo pasa de ser habitual a excesivo.

Habrá que tomar en cuenta de que cada tanque trabaja de acuerdo con la demanda de los sectores donde se encuentran y de los habitantes. Cuando el consumo aumenta, el nivel de los tanques disminuye, ocasionando la intermitencia en el servicio y en cortes de agua.

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El último fin de semana, el consumo se incrementó exponencialmente en Calderón, Pisulí, La Roldós, La Merced, Píntag, Conocoto y Alangasí.

Esto afectó directamente las reservas en los tanques de distribución ubicados en otros puntos de Quito.

Las autoridades de Epmaps-Agua hacen un llamado de atención a la ciudadanía que habita en las zonas bajas, a consumir los litros necesarios y no continuar con el desperdicio de este recurso natural y necesario para todos. (I)