Familiares de personas privadas de la libertad (PPL) hicieron este martes, 23 de abril, un plantón en los exteriores del Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), en el norte de Quito.

Tatiana Z. quien manifestó tener a allegados en las cárceles de El Rodeo, de Santo Domingo de los Tsáchilas y en Cotopaxi, señaló que no tienen comida y están delgados.

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Pidió a las autoridades del SNAI que les permitan como familiares recaudar comida a través de donaciones e ingresar los alimentos.

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Agregó que hay personas que no tienen familia, son extranjeras o no tienen posibilidades económicas.

“No les dan de comer, no les sacan al patio, solo cuando llega la prensa los sacan de sus celdas”, dijo.

Según ella, esto sucede desde enero pasado cuando los militares empezaron a ingresar a las cárceles.

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Antes, acotó, había un economato y más alimentos. Efectivos de Fuerzas Armadas han entrado a realizar requisas de armas, droga y otros artículos que están prohibidos en las cárceles.

Cuestionó que haya un verdadero control carcelario, pues recordó que en el Centro de Rehabilitación Social de Quevedo hubo un presunto amotinamiento el pasado domingo, 21 de abril. El incidente dejó cuatro heridos.

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Ella no ha podido ir a visitar a sus allegados y mencionó que se ha enterado de la situación por lo que les han contado abogados.

Pidió que haya en las cárceles economato, además medicina y de ser el caso que los privados de la libertad puedan salir a los hospitales.

Eliazar O., de nacionalidad venezolana, fue otra persona que participó de la concentración. Contó que tiene a un hijo en la cárcel de El Inca, en el norte de Quito.

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Señaló que en ese centro de privación de la libertad, solo reciben una comida, no hay visitas y tampoco se puede ingresar provisiones.

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Añadió que antes podían pasar seis papeles higiénicos, pero ahora solo 1 y no es posible ingresar afeitadoras.

Pidió además que se pueda predicar religión al interior de las cárceles.

No obstante, según las autoridades, privados de libertad del pabellón 3 de la Penitenciaría del Litoral, por ejemplo, han manifestado estar agradecidos con los militares porque ya no hay caporales, ya no hay amenazas ni extorsiones.

El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF. AA.), Jaime Vela, había manifestado que el Ejército mantendrá el control de los centros de rehabilitación social “hasta que sea necesario”. (I)