Un tribunal de Azuay emitió la pena privativa de libertad de 34 años con 8 meses para Mario David N. y Cristian Paúl A., expolicías que robaron una vivienda donde se encontraba Luis B., a quien asesinaron con 53 puñaladas.

Además de la pena, el juez a cargo del caso ordenó el pago de $ 78.500 por concepto de reparación integral a la víctima.

El caso por el que se los lleva a juicio se remonta al tiempo cuando los dos sentenciados ejercían sus labores como policías, pues desde el ECU 911 se alertó a la Policía para que verifique el motivo por el cual se mantenían abiertas las puertas de un garaje de una vivienda ubicada en el centro de Cuenca.

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Aproximadamente a las 05:00 del 25 de agosto, Mario David N. y Cristian Paúl A. se dieron cita a la vivienda. Ambos llegaron a la casa en un patrullero de la Policía que era conducido por otro agente.

Una vez en el sitio, los entonces agentes ingresaron y salieron por cuatro ocasiones acompañados de objetos que se encontraban en el interior del inmueble para dejarlos en la cajuela del patrullero.

Ante la inusual actividad policial en el sitio, desde la Policía delegaron a un agente para verificar la situación.

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Al llegar y consultar, Mario David N. puso en conocimiento que la puerta del garaje era imposible de cerrar y que no había más novedades. Después de la pequeña conversación ambos patrulleros se retiraron del sector con todos los agentes que llegaron a la vivienda.

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Sin embargo, 47 minutos después de la retirada, Mario David N. y Cristian Paúl A. retornaron para continuar sacando objetos, pero esta vez, para no levantar sospechas, dejaron el patrullero a unas cuadras del sitio.

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Lo que no contaban los dos sentenciados era que en el segundo piso se encontraba Luis B., a quien amarraron las manos a la espalda y le asestaron 53 puñaladas que terminaron con la vida del hombre.

Ante esto, Mario David N. y Cristian Paúl A. escaparon del sitio no sin antes retirarle una cadena de oro y la billetera al occiso.

A las 10:30 de ese día, allegados de Luis B. encontraron el cuerpo sin vida, por lo que acudieron a la Fiscalía a poner la denuncia lo que dio paso al proceso investigativo.

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Uno de los primeros pasos que dio Fiscalía para encontrar a los responsables del suceso fue solicitar a la Policía el nombre de los uniformados que llegaron a la casa. Mario David N. y Cristian Paúl A. fueron localizados y aprehendidos.

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Para determinar la participación de los exagentes en el delito se emitió una orden de allanamiento a los domicilios de los sentenciados.

Allí se encontraron varios bienes del hoy occiso y detalles que alertaron a los agentes a cargo del operativo. Entre los indicios constan zapatos deportivos, una computadora de escritorio, un DVR, prendas de vestir, una cadena de oro, la billetera con documentos personales de Luis B. y botas y uniformes policiales con manchas de sangre.

En la sala donde se desarrolló la audiencia de formulación de cargos, el juez del caso presentó los testimonios del perito en genética forense (lo que determinó que la sangre de los uniformes era de Luis B.) y la experticia de audio y video de las cámaras del ECU911 en las cuales se observa a los implicados ingresando y saliendo del inmueble.

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Con base en estas pruebas y en el artículo 189 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que sanciona con 22 a 26 años de cárcel si producto del robo se ocasiona el deceso de la víctima, el juez dictó la pena máxima, aunque por los agravantes 5 y 19 del COIP la sentencia ascendió a 34 años y 8 meses de prisión. (I)