La Catedral Primada de Quito ha abierto sus puertas a una experiencia única y mágica: las visitas nocturnas a sus históricas cúpulas.

Rebeca Proaño, guía del museo de la Catedral, explicó que estos recorridos permiten a los visitantes disfrutar de vistas panorámicas del casco colonial de Quito desde una perspectiva privilegiada, todo acompañado por la atmósfera especial que brinda la noche quiteña.

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Las visitas nocturnas se realizarán todos los viernes y sábados de agosto, desde las 17:00 hasta las 19:00, aunque el horario puede extenderse un poco más dependiendo del flujo de visitantes.

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Durante el recorrido, los asistentes pueden subir a las cúpulas y disfrutar de una vista inigualable del centro histórico de Quito. Desde la cima es posible observar emblemáticos puntos de referencia, como la Basílica del Voto Nacional, el Itchimbía, el Panecillo y el majestuoso volcán Pichincha.

Proaño destacó que uno de los atractivos principales es ver de cerca el famoso gallito de la Catedral, una figura que se ha convertido en un símbolo de la iglesia y que tiene su propia leyenda.

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Los guías, además de narrar la historia y las leyendas relacionadas con la Catedral, también interactúan con los visitantes, responden preguntas y toman fotos, creando una experiencia enriquecedora y memorable.

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El costo de la visita nocturna es de $ 4 por persona, con entrada gratuita para menores de 8 años. Este precio es tanto para turistas nacionales como extranjeros.

Además de las visitas nocturnas, la Catedral Primada de Quito también ofrece recorridos diurnos. El museo funciona de lunes a domingo, de 09:00 a 17:00, con un costo de $ 2 para visitar la parte baja del museo, que incluye una guía detallada sobre la historia de la iglesia, sus estilos artísticos y su fundación hace aproximadamente 480 años.

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Proaño también señaló que el recorrido hasta las cúpulas puede ser desafiante para algunas personas debido a lo estrecho del camino, especialmente las primeras 20 gradas. Por esta razón, se advierte a los visitantes sobre las posibles dificultades, especialmente para aquellos que sufren de claustrofobia.

Sin embargo, para quienes se atreven a subir, la experiencia es recompensada con una vista impresionante y una sensación mística acentuada por la iluminación de velas durante el camino hasta llegar a la parte superior.

Las visitas nocturnas a las cúpulas de la Catedral de Quito representan una oportunidad para redescubrir el centro histórico de la ciudad desde una nueva perspectiva. La belleza arquitectónica que tiene le ha vuelto merecedor de ser Patrimonio Cultural de la Humanidad, (I)