Las primeras lluvias de moderada intensidad causadas por el fenómeno de El Niño empezaron en distintos cantones a nivel nacional. Sin embargo, este evento climático no significa solo lluvias desastrosas: implica también alzas en temperaturas del mar, lo cual afecta a la fauna marina y por lo tanto a las especies que son de valor productivo. Algunas especies son más resilientes a temperaturas altas como el dorado, pero esta variación puede afectar los números poblacionales de otras.
Franklin Ormaza, oceanógrafo de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), señala que los peces que nadan en la superficie del mar se verán afectados, pues la cantidad de oxígeno en el agua baja.
La cantidad y calidad de comida disponible para los peces también disminuye, pues se ve afectada la fotosíntesis, proceso esencial para algunos tipos de algas de las que se alimentan.
Publicidad
Esto provoca que las especies se dispersen a otras áreas del océano en busca de mejor alimento y de temperaturas menores, aunque su capacidad de desplazarse depende del pez, de acuerdo con el experto.
Según un informe elaborado por la Corporación Andina de Fomento en el año 2000, el fenómeno de El Niño de 1997-1998 causó una “virtual desaparición” de especies como sardina, macarela y atún, tres especies pelágicas, es decir, que nadan cerca de la superficie.
“Pescadores, tanto artesanales como industriales, deben viajar distancias más largas, lo que implica más tiempo y más gasto en combustibles. La captura va a caer, porque no se sabe hasta dónde se han ido”, dice Ormaza.
Publicidad
El dorado y el camarón, en cambio, se adaptan mejor a altas temperaturas, lo cual “aumenta su volumen de pesca”.
Pingüinos de Galápagos podrían verse amenazados por escasez de comida por fenómeno de El Niño
La temperatura del agua durante el 2023, continúa, se ha mantenido constantemente “de 2 a 3 grados por encima del promedio”, situación que Ormaza señala no haber detectado en toda su carrera como oceanógrafo. La temperatura del aire en Guayaquil, añade, ha estado 2 grados centígrados por encima de lo normal.
Publicidad
“Estamos calientes. Esa alza de dos grados en el agua es un promedio, pero hay sectores donde es de 3 grados y hasta 4 grados, como en el golfo de Guayaquil. Los peces tienen resiliencia, pero no por un tiempo prolongado, como ahora”, asegura Ormaza.
La captura de peces pelágicos, indica, podría bajar hasta un 15 %, y flotas atuneras y pescadores artesanales ya han tenido que realizar viajes más largos para intentar mantener los niveles de pesca.
Aunque en un invierno normal también suba la temperatura del agua, durante un fenómeno de El Niño el calor de la superficie es demasiado, liberado por evaporación, causando las lluvias abundantes, según el oceanógrafo.
Las lluvias que probablemente afectarán al país durante el trimestre de diciembre, enero y febrero serían las más fuertes que producirá el evento climático, de acuerdo al Comité Nacional para el Estudio Regional del Fenómeno de El Niño (Erfen).
Publicidad
La fauna silvestre urbana, como aves, mamíferos e insectos, también podría sufrir los efectos de inundaciones. Paolo Piedrahíta, docente investigador de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Espol, señala que los animales que se adaptan a un contexto urbano ya presentan problemas de reproducción y de enfermedades. Si a eso se le añade una inundación, su ciclo de vida se vería más afectado.
“Las lluvias e inundaciones y altas temperaturas modifican todo”, subraya Piedrahíta. Solo por mojarse pueden perder temperatura corporal, por ejemplo.
En Guayaquil, plantas y animales en zonas inundables podrían perder sus sitios de alimentación. Si los ambientes donde se alimentan algunos tipos de aves se inundan, por ejemplo, morirían en dos o tres días por falta de alimento.
“Hay que ser empáticos con la naturaleza (...). Cuando hay efectos de acciones antropogénicas debemos intervenir y ayudar a estos animalitos”, sostiene Piedrahíta. (I)
