El impacto ambiental de las actividades de empresas y de hogares fue el foco del segundo foro de sostenibilidad organizado por EL UNIVERSO, llamado “Carbono neutro: ¿quién tiene el verdadero poder del cambio?”.
La cita, que se realizó en el aula magna de la Universidad Espíritu Santo este miércoles 21 de mayo, se dividió en dos charlas previas y un conversatorio con seis panelistas.
Roberto Ochoa, videógrafo ecuatoriano especializado en naturaleza, abrió el foro con un video que mostró su labor capturando especies marinas bajo el agua. Recalcó la importancia de conservar el océano y sus esfuerzos de que cada expedición al mar sea carbono neutro.
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El término carbono neutro se refiere a eliminar las emisiones de dióxido de carbono que las actividades humanas sueltan a la atmósfera. Aunque este gas es necesario para el efecto invernadero que mantiene estable el ambiente del planeta, su exceso provoca que la temperatura suba demasiado, resultando en el calentamiento global.
“Mi interés en el océano viene desde muy pequeño (...). Desde los 9 años empecé a surfear”, explicó Ochoa sobre su apego al mar.
Para el videógrafo, las mayores amenazas a los ecosistemas marinos del país son la contaminación y la sobrepesca. “En las embarcaciones de atún cada vez hay más control, pero también hay pesca que no es controlada”, agregó y dijo que los plásticos de un solo uso deberían estar prohibidos.
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Si no se toman acciones urgentes, Ochoa cree que el océano podría quedar “sin vida, muerto”, como ha pasado en otras partes del mundo.
La segunda charla estuvo a cargo de David Grey, gerente de Sostenibilidad y Asuntos Públicos de Banco Pichincha.
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Grey expuso sobre la aplicación de estrategias sostenibles en Banco Pichincha, que aplica estos principios para decidir a qué empresas otorgar financiamiento. Un ejemplo es un análisis del impacto ambiental de los procesos de la compañía.
Banco Pichincha emitió el primer bono verde en el país en 2019 por $ 150 millones. También han desarrollado el programa Sumar Juntos, con 26.799 beneficiarios de proyectos para acceso a agua potable.
Grey invitó a Glenda Morejón, medallista olímpica ecuatoriana en marcha, al escenario para que hablara sobre el programa de fomento deportivo de Banco Pichincha.
“El apoyo del banco ha sido fundamental para avanzar con mi deporte (...). Actualmente cuento con una beca de estudios que me ha otorgado el banco”, indicó Morejón.
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La medallista olímpica está estudiando Psicología, “porque el deporte no es para siempre. En un futuro quiero ayudar a las personas en la parte mental”.
El conversatorio incluyó a Lorena Luna, gerenta de Sostenibilidad de Veolia-Interagua; Ezequiel Castro, director de la fundación The Social Project; Marcelo Salame, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Carbono, Biodiversidad y Recursos Naturales; Gustavo Manrique, presidente de Sambito Holding; Roberto Manrique, actor y activista ambiental; y Claudia Salem, fundadora y directora de Yo Siembro.
Perspectiva de las empresas
Salame empezó con un “mea culpa de las empresas a nivel mundial”, pues el 71 % de las emisiones de carbono globales proviene de corporaciones.
Roberto Manrique, de galán de pantalla a guardián del planeta
“El 32 % de estas empresas hipercontaminantes está en la bolsa”, dijo Salame y añadió que la presión de los accionistas de estas corporaciones públicas puede ser importante para influir en sus procesos.
“Si esto continúa, la temperatura va a subir 4 grados centígrados”, expresó Salame. “Esto va a comprometer la disponibilidad de alimentos en el mundo de manera muy seria”.
Gustavo Manrique, en su intervención, expresó que la crisis planetaria es triple: la pérdida de biodiversidad, la contaminación y el cambio climático.
“Te vuelves entre 15 y 20 % más rentable cuando administras tus facturas desde el dióxido de carbono”, es decir, bajar las emisiones, según Gustavo Manrique. Una estrategia de reducir el uso de papel, por ejemplo, se traduce en menos gasto y menos emisiones.
“Si comparo el poder del individuo” a lo que pueden hacer las compañías, “eso nos devuelve la responsabilidad a este lado del panel”, señaló Luna, pues son capaces de ahorrar cientos de toneladas de emisiones al año.
¿Qué pueden hacer los hogares?
Para Castro, meter un hábito “tan sencillo” como reciclar en una familia, si se vuelve masivo, podría ser diferencial.
Roberto Manrique indicó que en un viaje que realizó por Sudamérica, sin dinero y solo, pagó por estadía y comida con la siembra de árboles. Añadió que el consumidor tiene cierto poder sobre las decisiones y manera de producir de las empresas.
“Así, con nuestras elecciones, va cambiando la industria de la moda, automovilística, etcétera (...). Es nuestra manera de cambiar el sistema de adentro hacia afuera”.
Salem, por su parte, habló desde la perspectiva de lo que se puede hacer desde los hogares. “No se trata de culpar al otro, se trata de ver cuál es mi real parte en el proceso”. Y añadió que los hábitos que se generan en casa “deciden cuáles empresas crecen y cuáles quiebran”. (I)