Eugenia Espinoza, de 50 años, protestaba en plantones y ejercía presión para que su último empleador, editorial Uminasa (uno de los medios privados incautados), complete casi la totalidad de su indemnización tras ser despido en junio del 2018, cuando se sumó otra preocupación: un diagnóstico de cáncer al seno.

Ella reclamaba con sus excompañeros de trabajo y en marzo del 2020 sintió una protuberancia en el seno que inicialmente confundió con un quiste. La angustia llegó cuatro meses después, cuando percibió un ganglio inflamado debajo de la axila.

“Allí sí me preocupé. Fui al hospital de Solca y me detectaron el cáncer a inicios de agosto del año pasado. Sentí que iba a morir y pensaba en mis limitaciones económicas, ya que había perdido el trabajo estable. No tengo ahorros y me deben la liquidación”, afirma.

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El cáncer está en estadio uno y ya lleva ocho quimioterapias con resultado positivo. La operación para extirpar el seno está prevista para el 27 de abril próximo en el hospital Abel Gilbert, en el suburbio de Guayaquil.

“Ya llevo gastando más de $ 3.000, sobre todo al inicio. Me ayudaba con mi trabajo freelance, pero lo dejé en octubre”, agrega la afectada.

Ahora comercializa productos y su hija y familiares la ayudan para lidiar con gastos menores, ya que se atiende en el servicio público de salud.

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Eugenia no ha podido reestructurar el hipotecario, ya que Uminasa tampoco pagó diez cuotas de esta deuda, pese a que se las descontaron del rol. “Como tenía fondos de cesantía, pues aboné al capital y pagué una parte, pero estoy atrasada, ya que se me dificulta cubrir la cuota mensual, por eso quiero reestructurar”.

Esta semana se reunieron con las autoridades del Biess. En la cita les dijeron que tratarán cada caso de los extrabajadores de los medios incautados de forma personalizada y dentro de la ley, para buscar la mejor decisión a favor de los afiliados.

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“Nos dicen que tenemos que pagar los diez meses que no aportó Uminasa para poder reestructurar y que nos devuelven cuando el patrono pague, igual estamos esperando. Cuando nos despidieron recuerdo que nos dijeron que en 30 días nos pagaban, pero ya vamos esperando casi tres años y nada”, afirma Eugenia.

Ella había trabajado por 18 años en Uminasa, que hacía las revistas El Agro, La Onda y La Otra. (I)