El 90 % de los que tienen las dosis de vacunación completas están protegidos ante posibles hospitalizaciones y muertes debido al COVID-19. Es el porcentaje de eficacia de las actuales vacunas que se ha mantenido pese a las nuevas variantes existentes, explica el neumólogo Iván Chérrez en entrevista con EL UNIVERSO.
De ahí la importancia de vacunarse hasta la cuarta dosis, en intervalos de cuatro a cinco meses, entre cada refuerzo. Las últimas estadísticas del Ministerio de Salud Pública indican que el 83,74 % de la población mayor a tres años tiene el esquema de vacunación completo (dos dosis) en Ecuador.
Y apenas el 39,29 % de la población mayor a tres años del país tiene el primer refuerzo (tercera dosis).
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En los hogares hay preocupación ya que las escuelas y colegios sería uno de los caldos de cultivo para la actual diseminación del coronavirus.
El problema está con las reinfecciones, las que pueden dejar efectos persistentes como tos, fatiga, lagunas mentales, problemas de concentración y mayor prevalencia de hipertensión, diabetes, infartos y derrames cerebrales en el 50 % de las personas contagiadas, explica Chérrez, según los estudios realizados.
Es lo que se conoce como COVID prolongado, entonces hay un concepto e idea generalizada, errada, de que ‘no importa si me contagio, ya que estoy inmunizado’, añade.
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Primero, enfatiza Chérrez, las vacunas solo protegen al 50 % de los que se inmunizan de no contraer el coronavirus, es decir, que la mitad de los vacunados quedan expuestos.
Y la nueva variante BA5, asegura el especialista, no deja periodo de inmunidad ya que hay pacientes que se han contagiado dos veces durante un mes.
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El repunte de casos en China ha conllevado a que regresen las restricciones como el confinamiento en algunas partes de ese país, al igual que en algunas otras naciones del mundo.
Ante ello, dice Chérrez, se deben tomar precauciones de índole personal como el uso de mascarillas en lugares cerrados, sea o no obligatorio.
¿El relajamiento de las medidas como el uso de mascarillas, el distanciamiento social y el aforo limitado ha repercutido en el repunte actual de casos de COVID-19?
Esta teoría de que teníamos que relajarnos porque los casos habían disminuido y existía la vacunación y también porque en el resto de países se dejaba el uso de la mascarilla, era lógica y acá copiamos a ver qué pasa, pero este relajamiento es lo que contribuye a que tengamos más casos ahora.
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¿Cuál es la magnitud de este repunte comparados a los otros que hemos tenido?
El ministro de Salud, José Ruales, manifiesta que la tasa de positividad en los últimos 14 días casi se duplicó en relación con el mismo período de mayo, al pasar de 17,2 % a 30,2 %, entonces ellos mismos recomiendan las medidas de protección, el uso de mascarilla. En pocas palabras, tenemos mayor aumento de casos comparado al mes anterior, claramente estamos ante una nueva epidemia, pero básicamente con menos síntomas, no tanta severidad por la vacunación. Por eso la importancia de que la gente complete los esquemas de vacunación. Gracias a la vacunación no estamos desesperados como el año pasado, que no había camas, que no había oxígeno, que no había dónde internar a un paciente, que la mortalidad estaba alta. Todos esos son beneficios de la vacunación. Esto ha hecho que ahora en este nuevo repunte tengamos a más pacientes atendidos en los consultorios y en las casas porque la gente tiene síntomas más leves, lo que no implica tampoco que no haya tanta gente infectada. Hay harta gente infectada, pero gracias a la vacunación no hay muchos hospitalizados, ni muchos en la terapia intensiva y no hay mucha mortalidad.
¿Por qué es importante tener el esquema de vacunación completo ante esta nueva variante del COVID-19?
La gente dice para qué me voy a vacunar si ya tengo inmunidad, pero con esta nueva variante BA5 se sabe que incluso si ya le dio la infección y se vacuna, igual se puede saltar la inmunidad. El mensaje es así, hay que completar la tercera y cuarta dosis, lo que corresponda, para evitar la hospitalización y la mortalidad, pero se tiene que saber que para contagiarse no se llega a proteger ni a la mitad de los inmunizados. entonces la medida principal para evitar contagios es el uso de mascarilla y tomar todas las medidas de protección.
Estar vacunado no implica que no puedo contagiarme y diseminar la enfermedad dentro de mi hogar.
Exactamente, el 50% de (los inmunizados) están protegidos del chance de contagiarse y más del 90% de ellos tienen protección ante la internación y mortalidad. La mitad de los vacunados igual pueden contagiarse y el 90 % de ellos están protegidos de la internación y mortalidad. No podemos saber a qué grupo pertenecemos, por eso es que deben cuidarse los que tienen enfermedades crónicas, hipertensión, los diabéticos, los que tienen cáncer, los mayores de 60 años de edad, deben tener mucho más cuidado vacunándose y siguiendo las medidas de protección.
¿Qué hacer ante síntomas gripales parecidos a los del COVID-19?
Es una realidad que hay más casos de COVID-19 en el país y la gente cree que es una gripe y no se testean. Los pacientes tienen molestia en la garganta, todo empieza con ardor en la garganta y después tienen congestión nasal, algunos desarrollan fiebre, otros no.
¿Esos síntomas pueden corresponder a coronavirus?
Con esta epidemia, eso es COVID-19 hasta que se demuestre lo contrario. Hay que pedir los exámenes correctos, PCR, pero en este momento paciente con ardor de garganta, dolor muscular, es COVID hasta demostrar lo contrario.
¿Por qué se aplica ese concepto?
Porque en este momento estamos en una epidemia, uno sabe que esa es la presentación de los síntomas en la actualidad. Antes, con las variantes anteriores, la gente perdía el olfato, alta fiebre, eso ya no se ve tanto ahora. La variante actual es dolor en la garganta, congestión nasal, moco nasal, dolor muscular y a veces fiebre, entonces cualquiera lo confunde con una gripe.
Hay personas que registran dos contagios seguidos en los últimos dos meses. ¿Hay efectos o peligros adicionales?
Tengo una paciente que hace tres semanas se infectó con COVID-19 y ahora otra vez está positiva. Está demostrado que los pacientes se pueden infectar al mes sin ningún problema. No es como las variantes anteriores que decíamos tenemos una protección de seis meses, tres meses, con esta variante nueva no, uno se puede volver a contagiar, por eso la importancia de tener claro el concepto de que me puedo reinfectar, por lo tanto, tengo que completar los esquemas de vacunación, debo seguir usando la mascarilla en lugares cerrados y las medidas de distanciamiento. Si uno mira la parte positiva, ya no tenemos ese miedo que teníamos antes de ir al hospital, de morirnos, de que no haya oxígeno, de que no haya una cama, ahora lo que hay es más riesgo de infectarnos.
¿Qué puede suceder en las personas que tienen dos o tres veces el COVID-19?
Lo que se ha visto es que aquellas personas que se reinfectan, que tienen dos o tres veces el COVID-19 siempre tienen más riesgo de tener lo que se llama el COVID prolongado, se pueden quedar con tos, fatiga, con lagunas mentales, algunos tienen hipertensión, mayor prevalencia de diabetes. Todo eso es importante conocer para concientizar a la gente que lo que más conviene es no tenerlo nunca. Estudios encuentran que los pacientes que tienen COVID a repetición, incluso si han estado asintomáticos, si aumenta el riesgo de complicaciones, como la diabetes, los infartos, los derrames cerebrales, los problemas en la concentración, esas lagunas mentales, entonces por eso es importante tener claro que no quisiéramos que constantemente estemos infectándonos con el coronavirus. La solución es completar el esquema de vacunación y seguir usando las mascarillas en los lugares que corresponden, donde hay mucha gente, en los colectivos, centros comerciales, supermercados. La gente cree que porque se echa alcohol en las manos está más protegida que con la mascarilla y es al revés, está bien lo del alcohol, pero hay que tener claro que lo principal es el uso de la mascarilla.
¿Qué porcentaje de los contagiados pueden presentar el denominado COVID prolongado?
Los estudios indican que hasta el 50 % de los pacientes, un porcentaje que varía según el grupo etario, si se es mayor o no o con más complicaciones. Lo que se ha visto es que hasta un 50 % de la gente podría tener un COVID prolongado, de ahí la importancia de que mejor no nos dé.
¿Las personas pueden ponerse la tercera y cuarta dosis teniendo síntomas como dolor de garganta o gripe o deberían esperar?
Hay que esperar. Más bien hay que hacerse los exámenes, confirmar si se tiene o no COVID-19 y esperar los 15 días que ya pasen los eventos, de ahí ya ponerse la vacuna. Cualquier infección viral que uno tenga, no es conveniente ponerse en ese momento cualquier vacuna, hay que esperar a que uno esté estable para recién colocarse.
Hay preocupación entre los jefes de hogar de que el actual repunte tiene como caldo de cultivo las escuelas y colegios en medio de falta de medidas preventivas, como poner en aislamiento a los casos positivos y a quien tuvo contacto con ellos.
El repunte se da en todos lados porque igual la gente va a fiestas, conciertos, acude a lugares concurridos y no se ponen mascarilla. Las escuelas, colegios y universidades son un foco también, hay que manejarse con responsabilidad, si alguien tiene síntomas no asistir a clases, si alguien salió positivo comunicarlo inmediatamente para que haya las medidas oportunas, aislamiento de la gente que estuvo en contacto con ese caso positivo y esperar si desarrollan los síntomas.
Pero justamente esas medidas no se estarían aplicando.
En eso se debe insistir, son medidas escritas, las ha dicho el Gobierno siempre. Uno cuando detecta los casos pronto evita el contacto, entonces disminuye el contagio. Hemos aprendido todo este tiempo cómo manejar y si antes ya no lo hacíamos, hay que volver a aplicar. Recién en 2023 podríamos ir pensando en regresar a la total normalidad viendo cómo nos va, cuando salgan las vacunas y ya se cubra más a estas nuevas variantes, pero por ahora esto es lo que se espera. Salen nuevas variantes, más contagiosas, entonces se aplican las medidas que se hacían antes: buena ventilación, detección oportuna de los casos, que se queden en las casas; así se evita la diseminación.
¿Ante la situación de repunte actual se deberían suspender los festejos de cumpleaños o reuniones y fiestas?
Hay que verificar que todos estén vacunados, usen la mascarilla y preferible hacer en lugares abiertos, son medidas que ayudan mucho para evitar la transmisión.
Es claro el mensaje de que la pandemia no ha terminado, aunque sea trillado.
Ese es el gran problema porque es algo que nadie quiere escuchar, todo el mundo está desesperado porque ya se acabe la pandemia. Cuando uno dice que no ha terminado la pandemia, la gente dice que se tiene malas vibras y que no es así. Hay que mirar lo que dicen las estadísticas y lo que pasa en otros países. Siempre en China y Europa pasan primero todas estas cuestiones, en su gran mayoría, entonces hay que ir aprendiendo. Si se ve que empiezan a testear de forma masiva porque aparece una nueva variante, entonces se pueden tomar las medidas preventivas para que no nos pase a nosotros y de esa manera no se afecta a la economía, no se afectan las clases presenciales. (I)