Que un partido o movimiento político sea creado solo para formar alianzas, ser un apoyo momentáneo o por recibir un beneficio económico es sinónimo de su próxima eliminación, según las analistas Irene Vélez y Madeleine Molina, quienes aseguran que esto hace que el país no tenga “buenas opciones”.

“Los partidos han salido por momentos en específico, porque no han tenido una trascendencia. No hay algo por lo que sea recordado. Ecuador es un país cambiante, por ejemplo, si se hace una coalición y se apoya a un político y este después ya no tiene relevancia, entonces, ¿qué haces con el movimiento?”, explica Vélez como parte de uno de los contextos del entierro de una organización política.

Publicidad

Molina prefiere catalogar a los partidos ya eliminados como “golondrinas”, es decir, organizaciones que van de un destino a otro. “Los partidos políticos en el tiempo suelen caer porque no tienen estructuras fuertes, lo que sí tienen el Partido Social Cristiano (PSC), Revolución Ciudadana (RC), Pachakutik y también la Izquierda Democrática (ID)”, señala Molina.

Seis presidentes de Ecuador no han terminado su periodo desde el retorno a la democracia, a este grupo se suma Guillermo Lasso por el decreto de muerte cruzada

Otro de los motivos para Molina es el mal uso de la figura de un líder. “Una vez que el líder se retira o muere y no deja sucesores, que puedan servir para que el partido siga subsistiendo, entonces tienes lo que pasó con Concentración de Fuerzas Populares (CFP) con Jaime Roldós Aguilera y Assad Bucaram, que luego fallecieron y ahí quedó todo”, cuenta Molina.

Este partido se creó bajo el nombre Unión Popular Republicana en 1947 y estuvo dirigido por Carlos Guevara Moreno y después se convirtió en CFP. Con el mismo se captó, en varias ocasiones, la Alcaldía de Guayaquil, el cual fue su bastión electoral, pero también migró a las presidenciales. En 1956 y 1960 perdió, pero en 1979, en el retorno a la democracia, triunfa Roldós. Con la muerte de Roldós y luego la de Bucaram en 1981 se marcó el inicio del declive de la organización, que fue borrada del registro electoral en el 2012.

“Pero este partido le sirvió como base política a Abdalá Bucaram Ortiz con el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), que subió a finales de los 90 y se convirtió en un mito, no por un buen político, sino por la figura populista demagógica”, señala Molina. Este partido fue eliminado en 2014 por los malos resultados en las elecciones generales de 2013. Sin embargo, un año después, con la misma ideología, se crea Fuerza Ecuador por Abdalá Bucaram Pulley. Los resultados tampoco le favorecieron y terminó suprimido en 2021.

Publicidad

“Por algún motivo (el partido se vuelve) inexistente porque no hay nada que lo respalde, una gestión, figuras políticas con las que se pueda negociar en formar parte de un gobierno y terminan disolviéndose”, apunta Vélez.

El actual escenario no favorece una candidatura del presidente Guillermo Lasso, advierten analistas; mandatario apoyará a quien sea aspirante de su partido

A lo largo de la historia hay otros cuatro partidos que no perduraron como el Partido Conservador del Ecuador y el Liberal Radical. El primero viene de 1830 con el general Juan José Flores. Sus grupos lograron una influencia poderosa en el país durante la hegemonía de Gabriel García Moreno entre 1860 y 1875. E incluso en 1883 es cuando se crea la Unión Republicana, una de las primeras estructuras partidistas, en cuyo núcleo estaban simpatizantes del garcianismo. Dos años después cambia de nombre a Partido Católico Republicano. En 1925 se reorganiza y es llamado Partido Conservador. En la década de los 70 surgen pugnas internas hasta que finalmente en 2002 desaparece.

Mientras, el Partido Liberal Radical Ecuatoriano se remonta a los inicios de la historia republicana y en 1895 triunfa el liberalismo de la mano de Eloy Alfaro. En 1923 el partido se reorganiza y lanza la candidatura presidencial de Gonzalo Córdova. Para finales de los 60 hay pugnas internas en el partido y después de más de 100 años de hegemonía se disuelve en el 2002.

Otro histórico es la Federación Nacional Velasquista (FNV), que aglutinaba a los simpatizantes de Velasco Ibarra y que tomó fuerza en la década de los 50. Fue auspiciado por políticos como Carlos Julio Arosemena Monroy, Jaime Nebot Velasco, Pedro Menéndez Gilbert, entre otros. Velasco aseguraba que el “velasquismo moriría con él” y terminó ocurriendo esta debacle en 1984.

Y se suma Democracia Popular - Unión Demócrata Cristiana (DP), que es creado en 1964, cuyo líder fue Osvaldo Hurtado. En 1981 Hurtado asume la Presidencia ante la muerte de Roldós y con este partido hubo otra representación en 1998 con Jamil Mahuad. Es en esta administración que en la legislatura hace alianza con el PSC, obteniendo una amplia mayoría conocida como “aplanadora”. Y durante la crisis del gobierno de Mahuad, decenas de militantes se desafilian del partido y para 2013 es eliminado.

Que un candidato se haga viral en redes sociales después de un debate no lo es todo, dicen expertos

Ya después del 2020 se han eliminado al menos seis organizaciones nacionales como el movimiento Libertad es Pueblo, fundado por Gary Moreno, y Ecuatoriano Unido, que tuvo su génesis con Edwin Moreno, hermanos del expresidente Lenín Moreno; Concertación, encaminado por César Montúfar; Justicia Social, que lideró Jimmy Salazar; Unión Ecuatoriana, que nació con la dirección del exfiscal Washington Pesántez; y, Adelante Ecuatoriano Adelante, de Álvaro Noboa, que antes era Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian), suprimido en 2014.

El motivo para tal decisión es que incurran en la causal de cancelación contemplada en el artículo 327 del Código de la Democracia, numeral 3, que señala: “Si los partidos políticos no obtienen el 4 % de los votos válidos en dos elecciones pluripersonales consecutivas a nivel nacional; o, al menos tres representantes a la Asamblea Nacional; o, al menos el 8 % de alcaldías; o, por lo menos un concejal o concejala en cada uno de, al menos, el 10 % de los cantones del país”.

Para Vélez hay una proliferación de partidos y es necesario controlar el número de estos. “Como no hay mínimos (número de organizaciones), pero sí hay requerimientos y son muy bajos, cualquiera lo logra y termina siendo un buen negocio porque participar en un elección significa que el CNE va a financiar y hasta por un punto de vista económico termina siendo beneficioso”, menciona Vélez.

A esto Molina asegura que es evidente que los partidos ya no van ligados a las necesidades. “Los partidos políticos, en teoría, el deber es cubrir las necesidades de la sociedad, educación, salud, seguridad, medio ambiente, violencia de género, políticas públicas. Siempre buscan tener la hegemonía del poder olvidándose del ciudadano y es lo que se tiene ahora: electores que no saben por quién votar, malos candidatos, aspirantes sin partidos, es una crisis”, indica Molina. (I)