Regenerar un arrecife de coral perdido suele tomar tiempo. La Fundación Conmar y la iniciativa sueca rrreefs, por ejemplo, calculan que las instalaciones de arcilla que pusieron en mayo pasado en la zona alrededor del islote El Sucre, en el Parque Nacional Machalilla en Manabí, tomarán al menos un par de años para tener corales.

La estructura de arcilla, enriquecida con sustratos, consiste de una serie de bloques unidos que buscan atraer esporas de corales para que crezcan ahí.

Aunque están esperando que esto suceda de forma natural, también han pegado fragmentos de coral a la plataforma con cemento en lugares estratégicos para “acelerar un poco el crecimiento de especies naturalmente”, explica Andrea Castillo Higgins, ingeniera ambiental y cofundadora de la Fundación Conmar.

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Protección de la biodiversidad marina

Sin embargo, las estructuras de arcilla no sirven solo para que se asienten los corales, sino que también son importantes para la fauna marina, al igual que los corales naturales que solían existir en la zona. Entre los bloques de arcilla ya se esconden pulpos, morenas y nadan peces ángel y damicelas, entre otras especies de animales.

Pulpos ya usan los bloques de arcilla como escondite. Foto: Dana Bjarner

“Nos llamó la atención la cantidad de pulpos (...). Eso es lo que más se va viendo a corto plazo. Ya con el pasar de meses y años esperamos ver el establecimiento de corales”, indica la ingeniera ambiental.

La instalación es objeto de constantes monitoreos, tanto para observar los corales implantados como para registrar la fauna que ha empezado a utilizar los bloques de arcilla como guaridas. Eventualmente, adelanta Castillo, quieren escribir una publicación científica sobre el desarrollo del proyecto, en conjunto con el personal de rrreefs.

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Hasta eso, sin embargo, el involucramiento de la comunidad circundante ha sido esencial, ya que lleva años colaborando en los viveros de corales que Conmar también maneja en la zona y recibieron capacitaciones antes de la instalación de los bloques de arcilla. “Sin ellos no hubiéramos logrado instalar la estructura. Realmente es un trabajo cansado”, admite Castillo. “Es algo que los va a beneficiar a ellos, al turismo, al coral y, en consecuencia, a la pesca”.

Conmar, además, impulsa las prácticas de pesca sostenible entre los pescadores de la comunidad, como respetar la veda del pulpo. “De nada sirve que estén llegando los pulpos chiquitos ahí para que los vayan a sacar”, recalca Castillo.

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No obstante, la inseguridad en el país ha sido un obstáculo para algunos de los miembros de la comunidad que colaboran con Conmar. Algunos, menciona Castillo, tuvieron que dejar la pesca en favor de la conservación y el turismo por las amenazas y ‘vacunas’.

Foto: Dana Bjarner

También se han registrado robos de motores de embarcaciones, por ejemplo. Además, han tenido capacitaciones con operadores turísticos de Puerto López, cuyas embarcaciones regularmente pasan por la zona del islote, para evitar que dañen la estructura de arcilla con anclas de botes. Las reuniones tuvieron “buena acogida”, según Castillo, pero en Puerto López existen múltiples operadoras turísticas sin los permisos apropiados y no acuden a esas convocatorias.

La ingeniosa manera que encontró una isla de Zanzíbar para salvar sus corales

A futuro, Conmar y rrreefs analizan instalar otra estructura en el suelo marino, explica Castillo, aun así primero deben ver cómo evoluciona el proyecto existente, analizar los posibles sitios donde se podría regenerar corales y conseguir el financiamiento.

El vivero de corales de Conmar, cerca de la isla Salango, podría ser una opción para una segunda estructura de arcilla, pero la experta señala que ahí han sufrido vandalismo. (I)

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