La exposición constante al uso de dispositivos digitales por parte de adultos y menores de edad deja consecuencias. El hábito plantea interrogantes sobre cómo mantener una relación saludable para equilibrar el tiempo dedicado a la tecnología, especialmente a las redes sociales, sin caer en adicciones.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), aproximadamente el 73 % de la población del Ecuador utiliza internet, principalmente para mantenerse conectados a través de redes sociales y mensajería.

La alta tasa de uso digital implica la importancia de evaluar los posibles efectos negativos.

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El exceso de tiempo frente a las pantallas puede causar ansiedad y el temido síndrome de FOMO, especialmente entre los jóvenes, indica un boletín de seguros Humana S. A.

El FOMO (que son las siglas en inglés de fear of missing out, que significa temor a perderse algo) se refiere al miedo extremo a perderse algo importante o interesante que esté ocurriendo en las redes sociales u otros lugares en línea.

El síndrome está relacionado con la ansiedad generada por el temor a perderse un evento social o cualquier otra experiencia positiva, especialmente del tipo de actividades que te enteras vía redes sociales.

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Una de sus formas hace referencia a la necesidad irresistible de estar continuamente conectados a internet y participar de manera activa en las redes sociales. Las distintas plataformas que existen para establecer contacto en vivo y en directo desempeñan un papel primordial en el desarrollo de adicciones al móvil o incluso a consolas de videojuegos que permiten la interacción en línea con otros jugadores, dice el sitio web español Orbium, especializado en tratar adicciones.

“Este fenómeno puede llevar a sentimientos de ansiedad y estrés, principalmente cuando se experimenta una necesidad de estar conectado. Entre los jóvenes, el FOMO puede agravarse, ya que se enfrentan desafíos adicionales como interrupciones en el sueño, acoso en línea y presión social”, señala el comunicado de Humana.

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Como medidas de prevención, Humana ofrece recursos y apoyo para ayudar a las personas a encontrar un equilibrio saludable entre su vida digital y cuando se está fuera de línea con las siguientes recomendaciones:

  • Establecer límites de tiempo: definir un horario específico para utilizar las redes sociales y respetarlo. Es esencial limitar el tiempo de pantalla diario para evitar la sobreexposición.
  • Ser selectivo con contactos y contenido: controlar las publicaciones que se consumen y ser cuidadoso al seleccionar conexiones en línea. Esta práctica contribuirá a mantener un ambiente digital positivo y saludable.
  • Participar en actividades fuera de línea: es importante dedicar tiempo a actividades y pasatiempos que no requieran dispositivos electrónicos. Estas actividades promoverán un equilibrio entre la vida en línea y fuera de ella, contribuyendo así al bienestar integral.

¿Cómo saber si se padece del síndrome de FOMO?

  • Hay una importante disminución del bienestar emocional.
  • Sensación de inseguridad, evitación, irritación ante actividades de la vida real y más dependencia a las interacciones virtuales.
  • Mayor uso del móvil porque hay un incremento en el temor a perderse otras experiencias.
  • Ansiedad, sensación de soledad o abandono, sentirse excluido por no haber participado.
  • Estrés asociado a experiencias negativas con otros usuarios en redes sociales.
  • Un estafador nos engañó por Facebook Marketplace y se metió en nuestra casa

Patricia Solís García, directora académica del Máster Universitario en Atención Educativa en Conductas Adictivas en Niños y Adolescentes de UNIR, indica que el síndrome FOMO se ha vuelto cada vez más común con el auge de las redes sociales y la cultura de la comparación constante en línea, germen de conductas adictivas.

“Se ha relacionado este síndrome con la adicción a internet y con un uso problemático de Facebook, ya que esta plataforma fue pionera en integrar las notificaciones de actividad de otros usuarios, así como las reacciones a estas, como una parte fundamental de la interacción social. El usuario siente la necesidad de estar conectado y utilizar las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y las redes sociales para seguir las publicaciones de sus amigos, familiares y conocidos en diferentes perfiles virtuales, como Facebook, Twitter e Instagram, y ver cómo les está yendo. (I)


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