La naturaleza es muy cambiante y las especies son un claro ejemplo de aquello. Solo en el parque Nacional Yasuní, el área natural protegida más grande del Ecuador, hay diversos ejemplos.
Durante el 2005 y 2006, los investigadores David Díaz-Guevara, asociado al Inabio, Alicia Arzani y William Galvis, registraron anomalías en arañas, algunas comunes.
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Mapaches cangrejeros y ocelotes, entre los mamíferos encontrados en el Bosque Protector Puyango
“Este tipo de anomalías son normales en la naturaleza, ocurre con otras especies de otros ejemplares; sin embargo, el número de ejemplares con esta anomalía es más frecuente en el Yasuní que en otros lugares en el Ecuador”, sostiene Díaz-Guevara.
Según los investigadores existen diferentes tipos de irregularidades reportadas en arañas como: ginandromorfismo (organismo que contiene tanto características masculinas como femeninas), duplicación de apéndices e incluso malformaciones en estructuras sexuales, sin embargo, las más comunes están asociadas a la carencia de ojos.
“Hasta el momento tenemos cuatro ejemplares depositados en el museo del Yasuní que presentan anomalías, tres de ellos con problemas oculares y hay uno en particular que nos llama la atención que ya no son solo los ojos sino las estructuras sexuales de una hembrita”, comenta Díaz-Guevara a este Diario.
Este caso particular se trata de una araña de patas largas cuyo órgano sexual está volteado, lo cual no es normal. De acuerdo con Díaz-Guevara, esto puede tener repercusiones en su reproducción y posiblemente la especie nació con esa deformación.
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“Son problemas genéticos. Aún seguimos estudiando las muestras recolectadas, debemos ir al lugar y aplicar la metodología para confirmar esa hipótesis”, señala Díaz-Guevara.
En esa indagación registraron a una araña cangrejo (Thomisidae) y una araña escupidora (Scytodidae) con anomalías oculares, en uno de los puntos críticos de biodiversidad. Por ejemplo, la araña cangrejo no tenía uno de los ocho ojos, un problema que tiene nueve registros mundiales en familias como: Amaurobiidae, Araneidae, Leptonetidae, Linyphiidae, Tetragnathidae y Zodariidae.
Y en la araña escupidora carecía de los seis ojos característicos de la especie, una anomalía conocida en las familias: Agelenidae, Linyphiidae, Sicariidae y Theridiidae.
¿Cuáles son las causas?
Las causas exactas, según Díaz-Guevara, son desconocidas. No obstante, pueden estar relacionadas con traumas embrionarios, una división celular fallida, lesiones juveniles o a condiciones ambientales inusuales como la exposición deliberada a químicos durante su desarrollo embrionario.
“Pueden crecer normales y perder su ojo por una agresión, pero son casos particulares”, dice Díaz-Guevara y agrega que en situaciones donde han perdido uno o dos ojos muy difícilmente pueden quedar ciegas porque les funcionan los demás, salve en casos que no tengan ninguno.
“Si es que hubiera ejemplares que han nacido sin ojos no se los hubiera visto crecer porque se le dificulta cazar, hasta pudo ser cazado también, seguramente no fuese adulto”, explica el investigador.
La investigación realizada hace casi 20 años se efectuó en la copa de los árboles del Yasuní y se recogieron las muestras.
¿Por qué se conoce ahora?
De acuerdo con Díaz-Guevara, hay una gran cantidad de muestras por analizar y ante la poca cantidad de investigadores que estudian a las arañas hace que estos casos no se conozcan de inmediato. Además, recalca que la aracnología requiere de una indagación profunda.
Las especies mencionadas por los profesionales son nuevas y al momento se puede conocer por el nombre de su familia. Se requiere más tiempo para indicar cuál es el tipo de especie exacto.
La Reserva de Biósfera Yasuní se encuentran en la región amazónica, específicamente en la provincia de Napo. Su ecosistema dominante es el Bosque Húmedo Tropical Lluvioso, parte de la cuenca alta del Amazonas.
El sitio está catalogado como una de las zonas con mayor diversidad por metro cuadrado del mundo. Casi en su totalidad está representada por vegetación natural original, según la Unesco. (I)
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