El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, admitió por primera vez este viernes que las labores de rescate del gobierno tras el devastador sismo terremoto de esta semana fueron menos rápidas de lo esperado.

Erdogan enfrenta críticas de los supervivientes de que hay desplegados un número insuficiente de rescatistas y poca ayuda humanitaria después del mayor desastre que ha enfrentado el país en casi un siglo.

El balance de fallecidos del sismo de magnitud 7,8 del lunes ya supera los 22.000 muertos, sumando las víctimas en el sureste de Turquía y en Siria.

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Del total de víctimas, casi 19.000 murieron en Turquía.

Erdogan admitió durante la semana que hubo algunas “deficiencias” en la respuesta del gobierno, pero este viernes admitió más directamente que su equipo pudo haber reaccionado más rápidamente.

“Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente, no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido”, afirmó Erdogan durante una visita a la localidad de Adiyaman, una zona muy castigada.

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Sin embargo, el mandatario también respondió a los críticos, refiriéndose a las cruciales elecciones generales del 14 de mayo

Erdogan denunció a los “oportunistas que quieren convertir el dolor en réditos políticos”. (I)