La reina Isabel II del Reino Unido cumple este miércoles 95 años de vida, de los cuales lleva 69 en el trono. El onomástico de la monarca tiene lugar pocos días después del fallecimiento y funeral de su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo. La muerte del patriarca ha aumentado las especulaciones sobre una posible abdicación de parte de la reina, quien se ha convertido en un símbolo para la monarquía y para el mundo.

“Le molesta que la traten como a una estrella de cine... le encanta su deber de reina y está deci­dida a ejercerlo”. Así describió Harold Macmillan, premier británico de 1957 a 1963, a la reina Isabel II, refiere La Vanguardia.

La llegada al trono de Isabel II, con tan solo 25 años de edad, simbolizó el rejuvenecimiento de Reino Unido con la transmisión televisada de su ceremonia de coronación y con la adaptación del país a la Com­monwealth, la mancomunidad de nacio­nes, integrada por 54 países, en la que se diluyó el Imperio británico y de la que continúa siendo la reina aunque con un papel más simbólico que político debido a los múltiples cambios y reformas logradas por los territorios.

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La reina Isabel II fue coronada el 2 de junio de 1953. Foto: ARCHIVO

La reina, que también ostenta el título de Defensora de la Fe, que la inscribe como cabeza de la Iglesia anglicana, desde el día de su coronación, es la jefa de Estado de 16 países de la Commonwealth, pero a título nominal. Lo mismo ocurre en Reino Unido, donde es la máxima autoridad aunque con poderes también nominales que los ejerce a través del Gobier­no y sus ministros, sujetos a las le­yes de las dos Cámaras del Parlamento, ya que el país no tiene una constitución codificada.

Sus funciones se limitan a investir honores, disolver el Parlamento y nombrar al primer minis­tro. Hasta el momento la soberana británica ha encargado formar Gobierno a doce hombres y dos mujeres desde que inició su reinado. Siendo la exprimera ministra Margaret Thatcher quien más duró en el cargo. Gobernó desde mayo de 1979 hasta noviembre de 1990.

No obstante, la soberana igual se interesa por los asuntos políticos. Todos sus primeros ministros han elogiado su preparación y dominio de las cuestiones políticas, tanto nacionales como internacionales, así como la agudeza de sus observaciones.

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La reina Isabel II en 1984 junto con el entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, y la entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher. Foto: ARCHIVO

Bajo su reinado, el Reino Unido se unió y abandonó la Unión Europea y tampoco ha estado exento de los intentos independentistas de Escocia ni de los frecuentes picos de violencia y tensión en Irlanda del Norte aupados por el Brexit.

“El siguiente capítulo será el fin de la Commonwealth y la emancipación de los países que todavía mantienen a la soberana británica como jefa del Estado, entre ellos Canadá, Australia y Nueva Zelanda”, dice el periodista José Antonio Zarzalejos y registra El Confidencial.

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El reinado de Isabel II también ha estado lleno de hitos que marcaron un antes y un después, como el de 1961, cuando la reina visitó Ghana para evitar que abandonara la Commonwealth. La visita fue un éxito y su baile con el presidente Kwame Nkrumah, su antiguo ‘súbdito’ colonial, quedó retratado para la historia en una icónica fotografía.

La soberana es también la jefa de Estado que más países ha visitado. Ha recorrido más de 1 millón de millas (1,6 millones de kilómetros) en viajes oficiales y ha visitado 106 de los 194 países de las Naciones Unidas. También ha conocido a doce presidentes estadounidenses de los últimos trece que ha tenido el país.

La reina Isabell II durante una visita al Vaticano cuando conoció al papa Juan Pablo II en octubre del año 2000. Foto: -- ALESSANDRO BIANCHI

No obstante, su papel y su familia no han estado exentos de la polémica y de la crítica. Siendo las finanzas de la Casa Real un tema que causa controversia ya que, por ley, no pueden ser auditadas ni están a disposición del público. Y aunque la reina no está obligada a pagar impuestos, lo hace voluntariamente desde 1993 por sus ingresos privados.

La simpatía de los británicos por la reina sigue siendo muy alta. Su presencia y longevidad al frente del Reino Unido ha contribuido a alejar las inclinaciones republicanas.

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En tanto, tras la muerte del duque de Edimburgo, la soberana decidió dejar de recibir las famosas cajas rojas que contienen documentos del Gobierno durante las dos semanas de luto real, lo que aumentó los rumores de una posible abdicación a favor de su hijo mayor, el príncipe Carlos, que ya tiene 72 años, publicó The Times.

Sin embargo, para la especialista sobre la familia real Penny Junor, “hay cero posibilidades de que la reina abdique”. “A los 21 años prometió servir a su país durante el resto de su vida, sea larga o corta”, dice la experta, refiriéndose a un famoso discurso de 1947 cuando aún Isabel era princesa.

La reina Isabel II en una fotografía del año 2003 junto a su hijo y sucesor, el príncipe Carlos, y su nieto Guillermo, segundo en el orden de sucesión al trono. Foto: ARCHIVO

La soberana mantuvo su audiencia con el primer ministro, Boris Johnson, al día siguiente de la muerte de su esposo. Y cuatro días después participó en su primer acto oficial por la jubilación del más alto funcionario de la casa real.

Numerosos expertos británicos dicen que para compensar la ausencia de Felipe, la reina deberá apoyarse más en el príncipe Carlos y en su nieto Guillermo, segundo en el orden de sucesión, al igual que en las esposas de ambos. (I)