El Ministerio de Defensa ruso ha advertido a los empleados de las empresas de defensa ucranianas de próximos ataques que se llevarán a cabo con armas de alta precisión, según informó el portavoz de esa cartera, Igor Konashenkov.

Las Fuerzas Armadas rusas lanzarán ataques contra las empresas de la industria de defensa “en el marco del cumplimiento de los objetivos” de lo que la parte rusa llama “desmilitarización de Ucrania”, según informaron este domingo las agencias de noticias rusas.

La advertencia del Ministerio de Defensa ruso llega con antelación a los ataques planeados contra estas instalaciones para evitar poner en peligro la vida de los empleados de las empresas.

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Por otra parte, Konashenkov advirtió que los países vecinos que permitan estacionar aviones de combate ucranianos en sus bases para ser usados posteriormente contra las Fuerzas Armadas rusas se arriesgan a ser considerados parte del conflicto armado.

Aseguró que prácticamente toda la aviación ucraniana ha sido destruida, al tiempo que dijo tener constancia de que aviones de guerra ucranianos volaron previamente a Rumanía y otros países fronterizos.

El portavoz de Defensa añadió, además, que las Fuerzas Armadas rusas descubrieron evidencias de una “eliminación de emergencia” de rastros que apuntan —dijo— a un programa biológico-militar desarrollado en Ucrania y financiado —aseguró— por Estados Unidos.

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Así, los empleados de los laboratorios biológicos supuestamente informaron de la destrucción de emergencia, el pasado 24 de febrero, de patógenos particularmente peligrosos, como los causantes de la peste, el ántrax, la tularemia, el cólera y otras enfermedades mortales.

Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, afirmó en la misma jornada que las fuerzas rusas se están preparando para bombardear la ciudad portuaria de Odesa, a orillas del mar Negro, en el sur de Ucrania.

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“Se están preparando para bombardear Odesa. ¡Odesa! Los rusos siempre han venido a Odesa. Siempre han sentido solo calidez en Odesa, solo sinceridad. ¿Y ahora qué? ¿Bombas contra Odesa? ¿Artillería contra Odesa? ¿Misiles contra Odesa? Será un crimen de guerra. Será un crimen histórico”, señaló el mandatario en un nuevo videomensaje.

Buques militares y guardacostas ucranianos se encuentran en el puerto de la ciudad de Odesa, Ucrania. Foto: EFE

El secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov, dijo también que Rusia se estaba preparando para la segunda ola de una ofensiva a gran escala y que no perdía la esperanza de tomar Kiev.

“El Ejército ucraniano está dando un rechazo decente, y el día de nuestra victoria (...) se acerca cada día, pero el enemigo sigue siendo peligroso y está preparando una segunda ola de ofensiva a gran escala, a la que debemos acercarnos unidos”, dijo, según la agencia UNIAN.

Señaló que las ciudades de Kiev (norte) Járkov (este), Mariúpol (sureste), Mykolaiv (sur), Chernígov (norte) y Odesa siguen siendo estratégicamente importantes para los rusos.

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“El plan del enemigo es tomar ciudades clave, desangrar a las Fuerzas Armadas de Ucrania, crear una situación de catástrofe humanitaria para la población civil”, agregó el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa.

Además, indicó que el enfoque principal de las fuerzas rusas se está desplazando hacia el sur, tratando de privar a Ucrania del acceso a los mares Negro y Azov, lo que, en su opinión, creará las condiciones para la represión económica de la resistencia ucraniana, recoge EFE.

“El enemigo no pierde la esperanza de capturar Kiev y está creando recursos para el cerco del (río) Dniéper”, subrayó.

Las Fuerzas Armadas de Rusia han entrado esta semana en Jersón, situada junto al río Dniéper y a orillas del mar Negro, y aseguran controlar varias ciudades en la costa del mar de Azov, aunque aún no controlan Mariúpol, principal puerto de ese mar interior, pero al que están sometiendo a un bloqueo.

Al mismo tiempo, en momentos en que el éxodo de refugiados ya supera el millón de personas, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, insistió en que mantendrá su llamada “operación especial” en Ucrania, iniciada el 24 de febrero, hasta que acabe la resistencia en ese país a la invasión y acepte las demandas rusas, informa la agencia estatal rusa RIA Nóvosti.

Así se lo comunicó en conversación telefónica a varios líderes internacionales que este domingo le han pedido infructuosamente un inmediato alto el fuego en Ucrania, como el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; el primer ministro israelí, Nafatí Benet; y el mandatario francés, Emmanuel Macron.

Según informó el Elíseo, Putin no tiene intención de renunciar a los cuatro objetivos que se ha marcado con la invasión de Ucrania, y los logrará bien por aceptación de Kiev o con la guerra.

Esas cuatros exigencias son lo que Moscú llama la “desnazificación” de Ucrania, su desmilitarización, el reconocimiento de la independencia de Crimea y el reconocimiento de la independencia del Dombás (este de Ucrania).

Putin aseguró a Macron que no tiene intención de atacar las instalaciones nucleares en Ucrania, después del ataque ruso el pasado viernes a la central de Zaporiyia, que causó un incendio en un edificio administrativo a unos cientos de metros de los seis reactores y el temor a una expansión del conflicto.

Protestas en Rusia

Mientras, en Rusia varios miles de personas respondían este domingo al llamamiento del líder opositor Alexei Navalni para manifestarse en contra de la guerra en las principales ciudades rusas.

Según los datos ofrecidos por las autoridades rusas, hubo al menos 3.500 detenidos de un total de 5.200 personas que participaron en las protestas.

La más numerosa se celebró en Moscú, con unos 2.500 asistentes, de los que 1.700 fueron arrestados. Además, 1.500 personas participaron en una protesta similar en San Petersburgo, 750 de las cuales fueron arrestadas.

El líder opositor ruso Alexei Navalni había instado desde la cárcel a la población del país a que “ignorase las prohibiciones” y saliese este domingo para exigir el fin de la invasión de Ucrania y protestar contra el presidente Putin como artífice de la intervención.

La Fiscalía General de Rusia y el Ministerio del Interior habían advertido a la población de que no participase en las protestas al recordar que se castigará con penas de cárcel, un aviso que Navalni denunció como un acto de represión. (I)