Convocar a los militares en servicio pasivo a trabajar como guías penitenciarios y distribuir el control de las 35 cárceles del país a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional son las primeras medidas que anuncia el gobierno de Daniel Noboa, en el marco de la fusión de un crítico sistema carcelario que pasará a ser parte del Ministerio del Interior.