El candidato presidencial de la alianza Construye-Gente Buena, Fernando Villavicencio Valencia, fue asesinado poco después de las 18:15 del 9 de agosto de 2023. Pero la investigación de la Fiscalía General dejó pautas de que el crimen, al estilo sicariato, se planificó varios meses antes.

Este 9 de agosto de 2024 se cumple un año del crimen de Villavicencio, periodista y político ecuatoriano de 59 años, que se desempeñó como asambleísta (2021-2023) y que luego buscó la Presidencia de la República en los comicios generales anticipados.

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Por su asesinato, un Tribunal de Garantías Penales de Pichincha sentenció - en primera instancia- a cinco personas a prisión acogiendo el dictamen de la Fiscalía.

Carlos Edwin A. L., alias Invisible, como autor mediato, y Laura Dayanara C. V., alias La Flaca, en el grado de coautora mediata, recibieron 34 años y 8 meses de prisión. Como cómplices, Érick Marcelo R. P., Víctor Alfonso. F. y Alexandra Elizabeth Ch. F. fueron sentenciados a doce años de cárcel.

Una de las principales líneas de la investigación para determinar cómo se preparó el violento ataque la dejó el testimonio anticipado de José Patricio A., integrante de uno de los grupos aliados a la banda criminal Los Lobos, que conoció pormenores del hecho.

Aunque aseguró que no participó de la operación, admitió que estuvo en algunas reuniones bajo presión, ya que, si no participaba él o su pareja sentimental, Laura C. V., pondrían en peligro la vida del tío de la mujer.

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Del relato de José Patricio A. se desprende que “meses antes” del crimen, a él y a otro hombre conocido con el alias de Cura (José Leonardo Montaño Cuadro) se les pidió que retiraran camisetas y gorras de la propaganda de la alianza electoral que auspiciaba al entonces candidato.

El grupo de Laura C., alias Flaca, y de José A. trabajaban para alias Chino Honda, cuyo nombre verdadero recién ahora se conoce: Darío Gabriel Suárez Bedón, de 37 años, quien al momento de la planificación estaba recluido en la cárcel de Latacunga, en Cotopaxi.

Cuando fueron a retirar el material de campaña, recordó José A., pudo conocer por una foto quién era el objetivo del “camello grande” que se preparaba: Fernando Villavicencio.

En una de las reuniones previas al atentado, realizada por videollamada de celular, Chino Honda y otro de los “líderes” al frente de la organización, Carlos A. L., alias Invisible, ya planeaban asesinarlo durante una concentración que se hizo en Santo Domingo de los Tsáchilas el 1 de julio de 2023.

Ese día no actuaron porque “iba a estar duro”, contó el testigo de Fiscalía.

Matar al político tendría recompensas para sus ejecutores. En un primer momento, el grupo del Chino Honda había sido asignado a cometer el hecho, pues no solo quería escalar en la organización criminal, sino también alcanzaría su posible salida de la cárcel, en la que cumple una pena de 35 años por asesinato.

Ese acto lo convertiría en un hombre afamado, porque asesinaría a un personaje importante y de haber sido así, se adjudicaría el derecho a controlar ‘medio Quito’ para traficar drogas y cometer otros delitos; y, también podría manejar las cárceles.

Finalmente, el grupo del Chino Honda no lo mató y llegó alias Invisible y su “combo” para hacerse cargo.

Para ello trajo a sicarios desde Colombia, como Andrés M., José N., Adey G., Camilo R., Jules C., Jhon R. y Johann Castillo, alias Ito, este último fue el gatillero que disparó contra Villavicencio cuando este iba a subirse en una camioneta doble cabina, de color gris y sin blindaje, después de participar en un mitin político ese 9 de agosto.

El grupo criminal conocía que Villavicencio estaría en el coliseo, donde funcionaba el colegio Anderson, en el norte de Quito, ese fatal miércoles, y acudió horas antes para reconocer el lugar y las calles aledañas entre la Amazonas y Gaspar de Villarroel.

Quito, miércoles 9 de agosto del 2023 Clínica de la Mujer donde es atendido el candidato Fernando Villavicencio, quien sufrió un atentado afuera del colegio Anderson. Fotos:Rolando Enríquez/API Foto: API

Las investigaciones oficiales detallan que la noche previa al sicariato, el 8 de agosto de 2023, dos de los carros que se usaron para cometer el crimen circularon por esas avenidas.

Quedaron grabados en videos de cámaras de seguridad y uno de ellos llamó la atención de los agentes de la Policía Nacional que hasta motivó una ampliación del informe pericial.

Una cámara muestra un carro jeep blanco circulando por la avenida Amazonas a eso de las 23:03. En cuestión de segundos pasa un tipo taxi y minutos más tarde, a eso de las 23:13, vuelve a pasar el jeep blanco y a esa misma hora el taxi.

El vehículo jeep, según las indagaciones, sería un Kia Sportage, que fue observado en seguimientos previos que se hicieron a Laura C. V., a quien se la investigaba en un caso por delincuencia organizada.

Al siguiente día, el 9 de agosto, se ve a dos hombres que caminan hacia un local a eso de las 17:08 y luego por una vereda.

A las 17:13 se ve pasar un vehículo blanco similar a un jeep; y, en otra cámara, pasa un carro sedán de color amarillo tipo taxi y dos hombres que llevan sobre los hombros una tela blanca.

Los dos vehículos, con las mismas características, se observan en las grabaciones del 8 y 9 de agosto y eso, para la Fiscalía, fue uno de los elementos que corroboraron la planeación que se hizo para cometer el asesinato.

Sin embargo, independientemente de este atentado, para finales de julio de 2023, Villavicencio había recibido una amenaza de Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de la banda criminal Los Choneros.

Varios sujetos habrían abordado a uno de los colaboradores de la campaña del político para decirle: “Es la última vez que tu candidato toca el nombre de Fito, la próxima les vamos a dar a él y a todos los que están con él”.

Tres meses antes, en abril de 2023, el propio Villavicencio, como legislador y presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, denunció en la Fiscalía a cinco exlegisladores: uno del Partido Social Cristiano (PSC) y cuatro del movimiento de la Revolución Ciudadana (RC), por presuntamente planificar un sicariato en su contra. Conoció de la trama por otros exasambleístas que lo habían alertado de lo que se preparaba.

Así también, del conocido caso Metástasis, en el que se investiga un delito por delincuencia organizada, se recabó información periciada de conversaciones de los teléfonos celulares del narcotraficante Leandro Norero Tigua (+), en las que le pedían ayuda para callar a Villavicencio por sus denuncias de actos de corrupción.

Por ejemplo, el empresario Xavier J. M., en mayo de 2022, le pedía de favor a Norero, alias Patrón, que resolviera “lo de este Villa”. La respuesta de Norero había sido: “De una, ñaño. Vamos, quién dijo miedo”.

La Fiscalía aún investiga a los autores intelectuales del asesinato. En tanto, a alias Chino Honda y el Invisible se los identificó como los coordinadores del operativo para el crimen del presidenciable; Laura C., pareja de José Patricio A., fue vista como la encargada de dar la logística, como carros, motos, alojamiento, armas, municiones,

Alias Flaca fue condenada como autora mediata, pues incluso se la vio recorriendo un día antes del 9 de agosto el lugar en donde se produjo el ataque junto con dos de los condenados, Érick R. y Víctor F.

QUITO (12-07-2024).- En el Complejo Judicial Norte se reinstaló la audiencia por el caso del asesinato del candidato a la Presidencia del Ecuador Fernando Villavicencio. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERS0 Foto: Carlos Granja Medranda

A los siete colombianos, que fueron asesinados en diferentes circunstancias -seis en el interior de la cárcel y uno el día del sicariato-, se les había facilitado vivienda, comida, cigarrillos, y fueron vistos en varias de las reuniones de preparación e incluso probaron las motos que se usaron.

José Patricio A. afirmó que cuatro días antes del crimen, él tuvo contacto con Johann Castillo y conoció que parte del dinero que se ocupó en la organización llegó desde dentro de la cárcel de Cotopaxi y que ciertas armas fueron enviadas a Quito desde Riobamba.

Una investigación por tráfico de drogas se hacía contra Laura C. y, meses antes del ataque, en la zona de Guayllabamba, en el extremo norte de Quito, ella fue detenida junto con el colombiano Johann Castillo en un vehículo en el que se encontraron armas.

En esa acción policial solo resultaron detenidos el extranjero y otra persona más, pero no la Flaca. Alias Ito recibió la medida cautelar de presentación periódica, la cual no cumplió, como tampoco llegó a la audiencia de juzgamiento: ya estaba muerto.

Johann Castillo fue a quien se le preparó para que fuera el sicario. Se mezcló en la multitud que respaldaba a Villavicencio en el mitin del coliseo y escogió el espacio adecuado para disparar en contra del objetivo.

El celular del colombiano Castillo, recuperado luego que fue atacado a golpes y recibió disparos de integrantes de la cápsula de seguridad del candidato, fue clave para definir las conversaciones que mantuvo con alias Invisible momentos antes de ejecutarlo y el instante mismo en que se alistaba a disparar.

¿Qué motivaba a matar a Villavicencio? Según el testigo de la Fiscalía, la organización que estaba tras la planificación y cometimiento del crimen quería ejecutarlo porque si llegaba a la Presidencia de la República iba a “cambiar las leyes e incrementar las penas de los delitos”, así como también “iban a llegar muchos”. (I)